La policía de la provincia de Buenos Aires informó ayer que una jueza de garantías investiga la denuncia presentada en Tandil por la gitana Mariela Yancovich (30), debido a que su hija, de 14 años, fue sacada a la fuerza de su casa familiar por un joven de 15, con el que contrajo matrimonio, y por los parientes de este.
Siguiendo la tradición gitana de arreglar matrimonios entre adolescentes, sin pedirles su opinión, la joven, cuya identidad no fue revelada por ser menor, fue casada hace tres meses con un joven de su misma colectividad.
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El lunes la joven regresó a casa de sus padres, a los que pidió refugio porque, según dijo, tenía problemas en su matrimonio. Al día siguiente, el marido y sus familiares se la llevaron por la fuerza en un auto, manifestó Yancovich.
La televisión mostró ayer las imágenes de Ana María (13), la hija del rey de los gitanos de Rumania, Florin Cioba, cuando dejaba la ceremonia de su boda por no estar conforme con el marido que le impuso su familia.
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Convencida por sus familiares, ella regresó al templo y se casó con el joven de 17 años, que después del escándalo fue acusado ante la justicia por mantener relaciones sexuales con una menor. Como manda la tradición, después del equivalente a la noche de bodas, la familia Cioba mostró a los invitados la sábana manchada de sangre como prueba de que el matrimonio fue consumado.