En barrios marginales y algunos de clase media no es extraño ver en las mañanas un ‘rebaño urbano’ de dos a cinco cabras criollas con ubres que casi rozan el suelo. Las fábricas y carros repartidores de ojos vivos y saltones con la sala de ordeño móvil, se financian con la venta del vasito de leche a 50 centavos a una clientela necesitada de sus bondades nutricionales, en especial la beben por su fácil asimilación.

En Quito solo expendios exclusivos venden quesos de esta especie menor, hasta hace poco elaborados aquí con leche en polvo importada de Francia.

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Por esta fecha, en el 2001, Carlos Nieto importó de Chile once hembras y un macho de la raza sannen, considerada como la más lechera. Lo hizo porque adquirió un predio en la parte seca y alta de Guayllabamba, Pichincha, y sabía que la especie era la opción versátil, un animal dócil que come lo que en la finca se bota, desperdicio de la cosecha, de la cocina, hierbas que abundan. Una especie a la cual puede extraérsele leche y carne, y si tiene un rebaño apreciable, industrializarse hasta el cuero. “Es mejor que tener un perro”, asegura.

Sobre el panorama caprino nacional, comenta Nieto que son contados los apriscos tecnificados. Las cabras son criadas a libre pastoreo, manejadas como rebaños en bosques, quebradas, riscos, en sitios pobres de vegetación. “Si usted recorre el país va a encontrar que en los valles de Pichincha y Loja lo consideran como un animal de poco cuidado y por eso el degeneramiento de las criollas, que se traduce en abortos, alta mortalidad, bajo rendimiento. No hay un plan genético, un control de monta”. Sostiene que la explotación de este ganado menor es muy rentable porque no incrementa el costo de mano de obra; de niños a ancianos pueden cuidarlas, la infraestructura no es nada costosa y la alimentación es lo más interesante, porque es buena rebuscadora, come hasta el pan duro del día anterior.

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 Asociación de criadores
Es muy joven la Asociación de Criadores de Cabras y Ovinos, conformada para reunir sin distingos de clase a todos los interesados o dedicados a esta actividad pecuaria.

Próximamente sus afiliados dictarán cursos de capacitación en varias provincias y entre sus metas está la de promocionar el sistema estabulado o semiestabulado de caprinos como propuesta de producción integral para el minifundio. La entidad fomenta el mejoramiento genético con la venta de pie de cría y la instrucción mínima de manejo.

Participa en ferias agropecuarias, y estará en la feria ganadera de la Costa.