Argentina y el Fondo Monetario Internacional (FMI) alcanzaron el miércoles un acuerdo de ayuda financiera de tres años que despeja su horizonte económico, después de que esta semana el país declarara el mayor incumplimiento de pagos en la historia del organismo.
 
El acuerdo, que abarca casi toda la gestión del presidente Néstor Kirchner, comienza a reordenar la economía del país luego de que el año pasado cayera en cesación de pagos con sus acreedores privados y su Producto Interno Bruto (PIB) se desplomara 10,9% hundiendo en la pobreza a la mitad de los argentinos.
 
El pacto posterga deudas con el FMI, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y otros organismos internacionales por 21.610 millones de dólares, y abre un paraguas protector para el plan de reestructuración de la incumplida deuda pública de 90.000 millones de dólares.
 
El gobierno dijo que pagará la deuda de 2.900 millones de dólares que incumplió el martes antes del 19 o el 20 de septiembre, cuando se reunirá el directorio del FMI en Dubai para dar la aprobación formal al acuerdo.
 
"Se ha aceptado la carta de intención del gobierno nacional con casi todos los cambios que fuimos generando durante toda la negociación", dijo Kirchner en conferencia de prensa.
 
El director gerente del FMI, Horst Koehler, señaló minutos después en un comunicado desde Washington que "una vez que los atrasos sean pagados, planeo recomendar al directorio ejecutivo del FMI la aprobación de este arreglo".
 
Tal como pretendía Kirchner, Argentina deberá obtener un superávit primario de 3,0 por ciento del PIB en 2004, y se definirá en el futuro la pauta para el 2005 y el 2006 "atendiendo a la situación global de la Argentina y al mejoramiento que se tenga del crecimiento, la situación de pobreza", según Kirchner.
 
El FMI pretendía un compromiso de ahorro fiscal mayor, pero Argentina se negó a considerar esa posibilidad para no poner en riesgo la recuperación de la economía local, que en el primer semestre del 2003 creció 6,5%.
 
El mandatario aseguró que el acuerdo no contemplará los reclamos del FMI de un calendario de alzas de las congeladas tarifas de los servicios públicos ni una compensación a los bancos de 2.600 millones de dólares por el impacto de la devaluación de la moneda en enero del 2002.
 
"Estos temas no podían, bajo ningún aspecto, estar en un acuerdo como el que estamos llevando adelante", dijo Kirchner.
 
Kirchner busca mantener su alta popularidad entre los argentinos en momentos en que se desarrollan en las provincias elecciones de gobernadores cruciales para afianzar su poder político y recibió un fuerte apoyo de Estados Unidos que presionó al FMI durante la semana.   
 
Atención publica
 
Las negociaciones fueron seguidas con atención por la población del país sudamericano, que en los últimos dos años realizó un curso acelerado en este tipo de batallas con el organismo, a través de los medios de comunicación que minuto a minuto informaban las versiones sobre las negociaciones.
 
"Esto va a cambiar el clima que se tiene respecto de la Argentina. Había muchas dudas acerca de la seriedad de la Argentina", dijo a una radio el ex director para el Hemisferio Occidental del FMI, Claudio Loser.
 
Con un desempleo del 15,6%, el gobierno de Kirchner necesita de la mayor cantidad de recursos para su plan de inversiones con que el busca consolidar la recuperación económica.
 
La noticia del acuerdo generó un impulso al mercado bursátil argentino que se disparó en la hora final de operaciones y cerró con un alza del 4,85%.  
 
La Asociación Empresarial Argentina, que reúne a las mayores compañías del país, dijo en un comunicado que "el acuerdo alcanzado contribuirá a afianzar la recuperación económica, reiniciando el círculo virtuoso de inversión, crecimiento y empleo, para beneficio de todos los argentinos".