La liberalización comercial es usualmente comparada con una bicicleta que, a menos que esté en movimiento, se cae.
Bajo el auspicio de la Organización Mundial de Comercio (OMC), cerca de 150 países desarrollados y en desarrollo abrirán esta semana una nueva ronda de conversaciones para liberalizar el comercio mundial en el balneario mexicano de Cancún.
Los ojos del mundo estarán observando si la bicicleta del comercio se vuelca o no.
Estados Unidos y la Unión Europea están batallando con los países en desarrollo en temas como los subsidios agrícolas y el comercio.
Además, en respuesta al bajo progreso en las rondas de la OMC, Estados Unidos se ha embarcado en su propia política de conversaciones bilaterales con algunos países, que algunos dicen es lo primero que socava los esfuerzos para un acuerdo mundial de comercio.
Si estos problemas no se pueden resolver en Cancún, la bicicleta del libre comercio podría caerse fácilmente.
Pero lo que está en juego es mucho más que unas cuantas rodillas raspadas.
La globalización se desarrolló rápidamente a finales del siglo XIX y en la primera parte del siglo XX los países comenzaron a poner sus barreras comerciales.
Desde las primeras conversaciones sobre libre comercio después de la Segunda Guerra Mundial ha habido siete rondas de comercio mundial que progresivamente han ido involucrando a más y más países e incrementado el volumen del comercio, lo que exitosamente removió muchas de las barreras que había.
Esos avances, de acuerdo con muchos, están ahora en riesgo. El representante comercial de Estados Unidos, Robert Zoellick, dice: "Podemos dejar escapar el éxito de nuestras generaciones anteriores entre disputas, intereses estrechos e inseguridades. O podemos sumar al impulso de los últimos 50 años".
Recompensas potenciales
Las recompensas potenciales de un exitoso nuevo tratado comercial son enormes.
El Banco Mundial estima que eliminando los aranceles de todos los bienes se traduciría en un ingreso mundial de 832.000 millones de dólares, con el 65% de esos recursos en beneficio de los países en desarrollo.
Cientos de miles de millones de dólares en ingresos adicionales podrían provenir de una liberalización del comercio en servicios como los financieros, seguros, energía y arquitectura.
Los partidarios de eliminar las barreras creen que ello además impulsaría la democracia y los estándares de vida, al dar a las naciones más recursos para atender sus preocupaciones sociales.
La primera ronda de las conversaciones "mundiales" de comercio en 1947 incluyó sólo bienes por unos 10.000 millones de dólares y 23 países. La ronda estableció el Acuerdo General de Aranceles y Comercio (GATT), diseñado para reforzar el libre comercio entre los estados.
En las décadas de 1960 y 1970, la Ronda Kennedy y la Ronda de Tokio expandieron el GATT y clarificaron las obligaciones de los miembros.
La Ronda de Uruguay, de 1986 a 1994, estableció la Organización Mundial de Comercio (OMC). En contraste al limitado ámbito de las conversaciones en 1947, el acuerdo final de Uruguay cubría 500.000 millones de dólares de comercio y 117 países.
A medida que se ha ampliado la lista de países, también ha crecido la dificultad de alcanzar acuerdos. La OMC tiene ahora unos 150 miembros y más de 30 países esperando entrar y opera enteramente mediante consensos.
Las preocupaciones de los países pobres fueron puestas en la parte más alta de la agenda en noviembre del 2001 en la reunión de Doha, en Qatar.
Los miembros hicieron un mandato para lanzar las conversaciones mundiales de libre comercio, en un momento de simpatía con Estados Unidos después de los ataques del 11 de septiembre del 2001, pero también entre los temores de un fracaso como el de la reunión en Seattle en diciembre de 1999 pudiera dañar la frágil economía mundial.
Al llegar a la reunión de la OMC en Cancún, hay serias preocupaciones de que las ambiciosas propuestas de Doha puedan completarse en la fecha estipulada de enero del 2005.
Agricultura
El punto más sensible es la agricultura, con las naciones en desarrollo empujando porque las naciones ricas recorten los subsidios, pero resistiendo las propuestas de bajar sus propios altos aranceles.
El ex presidente mexicano Ernesto Zedillo había advertido que "las sospechas habían crecido bruscamente" desde la reunión de Doha, después de que fallaron las negociaciones para conseguir fechas límite en acuerdos de agricultura y otros temas importantes para los países en desarrollo.
Para complicar el panorama están las tensas relaciones entre Estados Unidos y Francia y Alemania sobre la guerra en Irak. Los analistas han dicho que a pesar de los signos de mejora, el impacto de largo plazo de la fractura sería difícil de predecir.
Aunque el pacto de la Ronda de Uruguay en 1994 trajo a la agricultura reglas por primera vez, los analistas dicen que ocurrió una liberalización muy pequeña. Los subsidios a los agricultores en los países ricos son de más de 300.000 millones de dólares anuales, con Estados Unidos y la Unión Europea liderando los gastos.
Un pacto de agricultura final sería complicado por las demandas que han realizado los países en desarrollo en las conversaciones. Unas 20 naciones africanas han tratado de bloquear cualquier acuerdo, a menos que Estados Unidos y la Unión Europea estén de acuerdo en sus subsidios al algodón.
Cada vez más productores de azúcar en Australia y Brasil también están demandando más acceso a mercados altamente protegidos en Estados Unidos, la Unión Europea y Japón.
Estados Unidos ha propuesto eliminar los aranceles de todas las manufacturas y bienes de consumo para el 2016 y reducir las tarifas agrícolas en 76% en los próximos cinco años, con la meta de eliminarlas por completo.