Cuando Robert Ballard descubrió al Titanic en las profundidades del océano Atlántico en 1985, se sorprendió por lo bien conservado que permanecía el barco y predijo que no se deterioraría demasiado en el corto plazo. 
 
Pero científicos y otros expertos sostienen ahora que los restos de la embarcación _cubiertos por microbios corrosivos después de siete décadas de permanecer bajo el agua salada_ se están estropeando con tanta velocidad que el mástil de 30,5 metros ha colapsado casi una década antes de lo que se pensaba. 
 
Y el puesto de observación desde el que gritaron "¡Iceberg!", ha desaparecido. 
 
La compañía RMS Titanic Inc., con sede en Atlanta, tiene derechos exclusivos sobre los restos del barco, pero ha expresado que no recuperará más artefactos. 
 
La pared externa de la cabina del capital se derrumbó, dejando al descubierto el interior con una bañera. Una de las terrazas en la que los pasajeros se amontonaron mientras el barco se hundía, se quebró en partes. 
 
Algunas áreas de la popa se están cayendo a pedazos, y la proa está agujereada.
 
"Me quedé realmente sorprendido", dijo Alfred S. McLaren, oceanógrafo y ex capitán de submarinos que se sumergió en el sitio en 1999 y nuevamente en julio de este año. 
 
"Se está deteriorando mucho más rápido de lo que esperábamos", manifestó. 
 
Según los expertos, el deterioro se debe a unos microbios que carcomen el hierro y que se han desparramado por los restos oxidados de toda la embarcación. 
 
Otros responsabilizan a los humanos: Desde su descubrimiento, el Titanic ha atraído todo tipo de buzos, científicos y turistas. 
 
Sobre sus cubiertas se han dejado flores artificiales, placas, bolsas plásticas, redes de pescar, y hasta botellas de cerveza y refrescos, dijo el capitán Craig McLean, director de exploración de océanos de la Administración Nacional de Oceanografía y Atmósfera, quien buceó por el sitio en junio. 
 
El Titanic, una lujosa embarcación de 46.000 toneladas, se hundió el 14 de abril de 1912 en su viaje inaugural por el océano Atlántico. Más de 1.500 personas murieron en el agua. 
 
Los restos de la nave fueron encontrados 73 años después, a unos 611 kilómetros de Newfoundland, partidos en dos partes separadas por una distancia de alrededor de 1,6 kilómetro. 
 
En 1986, el Congreso estadounidense le encargó al gobierno nacional que comenzara a dialogar con Canadá, Gran Bretaña y Francia sobre el destino del Titanic. Los países aún no han llegado a un acuerdo definitivo, dejando al sitio casi enteramente desregulado, salvo por la disposición que otorga los derechos de rescate a RMS Titanic Inc.