La destrucción del transbordador espacial Columbia y la muerte de sus siete astronautas se debió a graves fallas en la NASA como una obsesión con el cumplimiento de horarios, una grave falta de fondos y un programa de seguridad desgastado y deficiente, indicó este martes una comisión investigadora. 
 
La Junta de Investigación del Accidente del Columbia dijo en su amplio análisis que las medidas de seguridad de la agencia espacial cambiaron poco desde el desastre del Challenger en 1986, y que si no cambian nuevamente, habrá más tragedias. 
 
La junta cree firmemente que si estas deficiencias persistentes y sistemáticas no se resuelven, habrá otro accidente, dice el texto. 
 
Antes de la pérdida del Columbia, dijo el documento, los directivos de la NASA se acostumbraron a aceptar fallas en el sistema del transbordador y tendían a ignorar la posibilidad de que estas deficiencias pudieran agravarse y causar una nueva catástrofe. 
 
Esas fallas fueron un   eco de las causas fundamentales del accidente del Challenger, dijo el panel. 
 
Esta actitud continuada hizo que las prácticas defectuosas cobraran carta de naturaleza en el sistema organizado de la NASA durante 20 años y contribuyeron sustancialmente a ambos accidentes, según las 248 páginas del informe. 
 
En una conferencia de prensa, uno de los integrantes de la junta, el mayor general John Barry, mencionó un   silencioso programa de seguridad con reverberaciones del Challenger, una referencia al transbordador que estalló al poco de su lanzamiento en 1986, matando a sus siete tripulantes. 
 
El administrador de la NASA Sean OKeefe emitió una declaración en la que dijo que el organismo empezó ya a adoptar algunas de las recomendaciones emitidas con anterioridad por la junta.   Y pensamos cumplir la totalidad de las recomendaciones dadas a conocer hoy.