Las autoridades hondureñas realizaron 19 detenciones el fin de semana en varios puntos del país, en aplicación de una ley vigente desde el viernes pasado que prohíbe la existencia de las pandillas juveniles, causantes de numerosos hechos de violencia.
Los cabecillas serán castigados con entre ocho y doce años de cárcel. Sus seguidores recibirán un tercio de la pena.