La tormenta tropical Erika se debilitó en el  noreste mexicano este sábado, y los meteorólogos ya no creen que pueda alcanzar la potencia de un huracán y pronostican su desaparición en las siguientes 24  horas.

Todas las alertas costeras para México estaban canceladas a las 18h00 de  este sábado, según el Centro Nacional de Huracanes estadounidense (NHC) con  sede en Miami.

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A esa hora "el poco definido centro" de la tormenta tropical Erika estaba  tierra adentro, unos 155 km al suroeste del pueblo Matamoros, que está cerca de  la frontera con Estados Unidos, informó.

Erika se movía a 28 km/h "con un gradual decrecimiento de su velocidad de  avance", dijo el NHC. "Se espera que se disipe en territorio de México en las  próximas 24 horas", agregó.

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Erika tocó tierra las primeras horas del sábado, azotando con vientos  intensos de hasta 110 km/h y lluvias torrenciales a las poblaciones fronterizas  mexicanas de Matamoros y Tamaulipas, y Brownsville, en el Estado de Texas  (EE.UU.), informaron las autoridades municipales.

A las 04h00 horas (09h00 GMT), la tormenta derribó árboles y dañó techos y  vehículos en Matamoros.

El Servicio Nacional Meteorológico con sede en Corpus Christi (Texas),  había enviado una alerta de posibles inundaciones desde Matamoros hasta Nuevo  Laredo, esperando precipitaciones pluviales intensas.

El coordinador de la Unidad Municipal de Protección Civil de Matamoros,  José Lino Reyes, indicó que ante la amenaza que puede representar dicho  fenómeno meteorológico con abundante lluvia, Protección Civil ha preparado un  operativo de auxilio que involucra la apertura de forma permanente de los  albergues.

Las autoridades estadounidenses emitieron más temprano un alerta de huracán  en una franja de 400 km de costas entre México y Estados Unidos, mientras que  el Sistema Nacional de Protección Civil mexicano llamó a la población a  "conservar la calma" y mantenerse alerta ante los avisos oficiales.