Las políticas del presidente de Colombia hacen que el 65% de la población se sientamás segura
Con apenas un año en el gobierno, el presidente colombiano Álvaro Uribe ha roto esquemas y precedentes.
Así lo visualizan dentro y fuera de su país, pues mientras los venezolanos, peruanos, ecuatorianos y bolivianos especulan sobre si sus líderes, debilitados políticamente, podrán mantenerse en el poder, en Colombia se preguntan si el Congreso considerará una enmienda constitucional para permitir la reelección de su mandatario.
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Un nuevo mandato lo apoyaría el 70% de los colombianos que lo respalda, avalado además, internacionalmente, por el gobierno de Washington, que lo considera como “un verdadero amigo”.
Su popularidad la acredita los avances en la lucha contra la guerrilla, el inicio de una negociación con los paramilitares y las reformas en el apartado estatal.
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Visiones
Michael Shifter, experto en Colombia y vicepresidente del centro de análisis Diálogo Interamericano, atribuye el éxito del presidente colombiano a su estilo “incansable y austero” y al hecho de que “ha mantenido las pocas promesas que hizo”.
Uribe se maneja con mano dura, reflexionó Emilio Muñoz, gerente de comercialización de Costanera Canal 30, para quien uno de los grandes logros de su mandato es permitir la circulación en vías controladas por la guerrilla.
Un editorial de diario El Tiempo, lo enfoca como “un presidente arremangado y destornillador, en contacto directo con la gente y sus problemas cotidianos”.
Estos atributos –resume el escrito– lo convierten en un fenómeno inédito, no solo por la forma como fue elegido, como candidato disidente del Partido Liberal), sino por su manera de gobernar.
Antonio Caballero, uno de sus críticos, sostiene que lo más sorprendente es que pese a su estilo medido, el presidente se ha constituido en una suerte de “Gran Hermano” que está en todos lados y no cesa de trabajar.