Marcas como Real, Quaker, Tango, waffer Amor, Trópico, Yupi y Tropical se comercializan en el mercado español, a través de la firma Nativo.
La nostalgia de los ecuatorianos que viven en el exterior vale oro. Su gusto por los chochos, la harina de maíz, una Pílsener o los chifles moviliza a un grupo de 17 empresas nacionales que a través de la importadora española Nativo envían, actualmente, alrededor de 120 productos tradicionales a unos siete países europeos.
Los españoles Sergio Hemosa y Agustín Lamas, que conocían la cultura latinoamericana, percibieron hace cinco años que la comunidad ecuatoriana crecería casi sin límite y decidieron que era la oportunidad de satisfacer sus añoranzas gastronómicas.
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Desde 1997, Nativo ha tomado contacto con las firmas ecuatorianas cuyos productos y marcas forman parte de la cotidianidad alimenticia de la población. Entre ellos Real, Quaker, Tango, waffer Amor, Trópico, Yupi, Tropical, Manzana, DonQ.
Así, los importa desde España para luego distribuirlos en los otros países donde la colonia ecuatoriana es un atractivo mercado: Italia, Gran Bretaña, Bélgica, Suiza, Francia y Alemania.
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En la mayoría de los casos, los precios en euros (moneda común europea) duplican a los que están vigentes en Ecuador. Por ejemplo, una lata de sardinas Real que en las perchas de un supermercado ecuatoriano se vende en 0,81 dólares, en Madrid se comercializó -en mayo último- a 1,93 dólares (sin IVA, impuesto al valor agregado).
A pesar del precio, los ecuatorianos no le han dado la espalda a su tradición. Aunque en España, el ron y el whisky son baratos, cuenta el gerente de la embotelladora (Ilelsa) del aguardiente Cantaclaro, Edwin Ripalda, “los migrantes lojanos prefieren nuestro producto”.
Ilelsa trabaja con Nativo a mediados del año pasado y, desde entonces, ha enviado 800 cajas (19.200 botellas) a España; en septiembre, prevé enviar unas 600 cajas más. Con esta buena perspectiva, Ripalda busca ahora un distribuidor directo en Nueva York (Estados Unidos), donde la colonia ecuatoriana también es importante.
Las ventas de la Compañía de Cervezas Nacionales, otra de las empresas que tienen convenio con Nativo, se han incrementado desde el 2001 en el 40% anual, afirma el ejecutivo Xavier Heredia. Cada mes se envía un contenedor con 1.503 cajas (36.072 botellas).
Inalecsa, fabricante de los chifles Tortolines, también incrementa sus envíos. Y aunque el factor nostalgia ayuda en las ventas, dice José Acaiturri-Villa, su gerente, “nadie, ni aún los que están lejos de su tierra natal, consume lo que no es bueno o lo que no satisface su necesidad”.
Inalecsa, la fabricante de Tortolines, escogió este producto para su exportación porque considera que el chifle es parte del hábito de consumo de los ecuatorianos.
Oriental hizo contacto con Nativo en el 2000, durante una feria en Guayaquil. Inicialmente, los envíos fueron pequeños; ahora, exportan un contenedor mensual de 40 pies (que significan entre 18.000 y 22.000 dólares), con salsa china, ají, harinas y algo de fideo.
MERCADO
EMPRESAS
Las firmas que exportan a través de Nativo son: Bebidas Cítricas (gaseosas), Compañía de Cervezas Nacionales, conservera Guayas (conservas), Ecuavegetal (conservas), Ilelsa (aguardiente Cantaclaro), Inalecsa (chifles) e Industrial Molinera (avena Quaker).
MÁS EXPORTADORAS
También se incluyen Licoresa (Trópico seco), Lingesa (granos, harinas y condimentos), Molinos Poultier (harina), Nestlé (galletas y chocolates), Nirsa (conservas Real), Oriental (salsas, condimentos y fideos), Sumesa (jugos instantáneos y gelatina), Selva (néctares), Sibarita (condimentos) y El Sabor de la Casa (granos, harinas y condimentos). La firma española Nativo trabaja, a mediano plazo para promocionar los productos ecuatorianos entre el público español.
DEMANDA
La demanda se incrementa, según Oswaldo Chávez, gerente nacional de Ventas de Oriental, en el 10% ó 15% mensual. Aunque los resultados globales han sido alentadores, no todas las empresas están satisfechas. Lingesa exporta granos, harinas y condimentos desde hace dos años; los precios de sus productos obtenidos en un país dolarizado, han perdido competitividad y Nativo ha preferido, en ciertos casos (chocho, quinua, habas secas), adquirirlos en el Perú.