Las prostitutas de Madrid quieren que se cree “un barrio de la tolerancia” donde puedan ejercer su trabajo en condiciones seguras.
Las meretrices se quejan de que el ayuntamiento madrileño quiere cerrar al tráfico la Casa de Campo, el mayor parque de la ciudad y el lugar donde venden sexo a diario más de 2.000 prostitutas.
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También temen que las obras de remodelación iniciadas en la céntrica calle de la Montera, habitual lugar de prostitución al aire libre, les impidan trabajar.
Según la policía española, el número de prostitutas en las calles de Madrid se ha multiplicado en los últimos años y está dominado por inmigrantes ilegales procedentes de Ecuador, Colombia y los países de Europa del Este.
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Mientras, el gobierno de Madrid ha firmado un acuerdo con la Asociación para la Atención y Reinserción de la Mujer Prostituta (Apramp) que busca alternativas laborales a estas trabajadoras.
“Todos los días atendemos en la Casa de Campo a casi 400 mujeres, la mayoría colombianas y ecuatorianas, a las que ofrecemos normas para practicar sexo seguro e información sobre todas las ayudas sociales que les puede proporcionar el Estado para permitir su reinserción”, dijo Rocío Nieto, de Apramp.