Representantes de poblaciones indígenas denunciaron hoy, miércoles, durante la reunión del grupo de trabajo especializado de Naciones Unidas, el negativo impacto que ha tenido la globalización en sus comunidades.
"La globalización es una espada de doble filo", comentó en una conferencia de prensa el representante de los indios mohawk de Kahnawake (Canadá) Kenneth Deer, al señalar que si bien en algunas ocasiones ha favorecido a ciertas comunidades, "en muchos otros casos ha perjudicado a numerosas poblaciones".
"La globalización se ha convertido es una especie de nuevo colonialismo en el que las empresas multinacionales han sustituido a los Estados en la usurpación de tierras y de recursos de los indígenas", comentó el representante indígena.
Deer agregó que las grandes firmas multinacionales están actuando "de una manera similar a la que España, Francia, el Reino Unido o Portugal hicieron en el pasado" en sus colonias.
Destacó que las presiones derivadas del proceso de globalización han llevado incluso a reformas que "socavan las constituciones protectoras de los derechos de los pueblos indígenas".
Así, el representante de los indios canadienses indicó como ejemplo que, como consecuencia del Tratado de Libre Comercio (TLC) de Norteamérica, "se forzó a México a cambiar su Constitución", lo que supuso "exponer las tierras indígenas a la explotación".
Por ello, Deer consideró que "la globalización representa un peligro para la existencia de los pueblos indígenas en muchos casos ya que supone una amenaza para la propiedad de la tierra y de los recursos naturales así como un ataque para la cultura hereditaria".
Sin embargo, reconoció que "la otra cara de la moneda" es que un número limitado de comunidades indígenas se han beneficiado de la apertura de mercados de la globalización, que también ha contribuido a su desarrollo.
Por su parte, la delegada de la comunidad quIchua de Ecuador, Miriam Masaquiza, lamentó que "en Latinoamérica, los gobiernos tratan de negociar acuerdos comerciales sin nuestra participación".
Masaquiza citó como ejemplo la falta de atención a las realidades indígenas en las negociaciones para alcanzar el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y opinó que deberían tenerse en cuenta sus aspiraciones.
Asimismo, la representante de la comunidad tuareg de Mali, Saoudata Aboubacrina, recomendó a los Estados de la necesidad de que en proceso de globalización "tengan cuenta de nuestras realidades en todos los ámbitos, tanto económico, como político, social y cultural".
"Corremos el riesgo de que desaparezcan tanto nuestras culturas como nuestros modos de vida como consecuencia de la globalización", dijo Aboubacrina, quien abogó por tomar medidas para "preservarlas".
La XXI reunión del grupo de trabajo sobre poblaciones indígenas de la subcomisión de los derechos humanos de la ONU, iniciada el pasado lunes y que se prolongará hasta el viernes, cuenta con la participación de más de un millar de representantes de comunidades autóctonas de varios países y está dedicada este año a la influencia del proceso de globalización.
El citado grupo de trabajo está amenazado por varios países que abogan por su desaparición, especialmente desde la celebración, en mayo del año pasado en Nueva York, del primer Foro permanente de los pueblos indígenas, integrado por ocho expertos de las comunidades autóctonas y otros ocho de los gobiernos.
Varios países industrializados se han mostrado a favor de la desaparición de ese grupo de trabajo, que reúne anualmente a los representantes de los pueblos indígenas y que han criticado en numerosas ocasiones la falta de respeto de sus derechos por parte de algunos gobiernos.
Entre los países que se han declarado a favor de la disolución del grupo de trabajo de la ONU sobre las poblaciones autóctonas figuran Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Japón, Australia, Nueva Zelanda y Malasia, señaló Deer.
La decisión sobre la disolución o mantenimiento de ese grupo será adoptada mañana, jueves, por el Consejo Económico y Social (ECOSOC) de las Naciones Unidas, reunido actualmente en Ginebra.