Gran parte de Europa sufre por las altas temperaturas y sequía, que han provocado incendios en Francia, España y Portugal, y un descenso de las aguas en algunos ríos, como el Danubio, que perturba la navegación.
En muchas regiones de Europa, el termómetro superó los 30°. El domingo en Karlsruh (Alemania) hubo 37,9° y en Ginebra (Suiza) se registró 37,8°.