Los ecuatorianos estamos asustados: una cúpula de poder desesperada por mejorar su situación personal o de partido; sindicatos monstruosos que consumen la riqueza nacional con privilegios que nadie quiere suprimir; grupos burocráticos que cuando se les antoja, hacen paros sin considerar el daño que causan a la nación...
...Legislaciones absurdas y caducas que sorprenden a propios y extraños, y no permiten la inversión, ni siquiera ofrecer un trabajo cualquiera...
...Una administración de justicia lenta, coimada, que con el Código de proceder Penal avasalla las esperanzas del ciudadano perjudicado...
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...Empresas que a través de planillas nos cobran por servicios no prestados; instituciones llamadas a defender al usuario que solo sirven como membretes; etcétera.
No existe inversión, no hay trabajo.
Así, no se vislumbran días mejores.
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No hay siquiera iniciativas por parte de quienes manejan la cosa pública.
¡Las promesas se esfumaron!
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Todo es bla, bla, bla.
Como estamos hoy de mal, no habrá tiempo para el mañana.
Dr. Gonzalo Merino Pérez
Guayaquil