Las mellizas iraníes unidas por la cabeza enfrentan una cirugía más larga de lo esperado para separar sus cerebros fusionados, tras una riesgosa derivación vascular que llevó a los médicos a batallar en la madrugada del martes contra la inestable circulación sanguínea entre ellas.
 
“Los neurocirujanos todavía estaban en las fases iniciales del delicado proceso de separar sus cerebros”, dijo Prem Kumar Nair, un portavoz del Hospital Raffles de Singapur donde se realiza la delicada operación.
 
La operación para separar a las mellizas de 29 años Laleh y Ladan Bijani, unidas por la cabeza pero con cerebros separados anatómicamente, comenzó al mediodía del domingo (04h00 GMT) y está en juego sus vidas.
 
"Cuando nos hallamos con los huesos del cráneo, vimos que los dos cerebros son muy adherentes entre sí", dijo Nair, lo que ha hecho más lenta la segunda fase de la cirugía de separación.
 
"Aunque los cerebros están separados, debido a que han estado fusionados por los últimos 29 años son muy adherentes entre sí. Así que la disección para separarlos está tomando más tiempo", dijo en la noche del lunes en conferencia de prensa.
 
Nair comentó que otra complicación era que después de completar la derivación sanguínea con el injerto vascular (bypass) para Ladan, con la vena obtenida de su muslo derecho, la circulación sanguínea entre las siamesas era inestable.
 
Después que se abrieron los cráneos, los cirujanos habían comenzado a crear la derivación vascular. Esta vena se usó para duplicar un importante vaso sanguíneo compartido entre los dos cerebros, de modo tal que el cráneo se pueda separar.
 
La segunda fase de la operación, después de la craneotomía o abertura de los cráneos combinados de las mujeres, incluye la separación de los vasos sanguíneos cerebrales.
 
Se preveía que última fase que comenzó a las 17h00 del lunes hora local (09h00 GMT) se completara en 10 horas.
 
Nair explicó que el equipo de neurocirujanos tenía que cortar cuidadosamente a través del tejido cerebral de las hermanas milímetro por milímetro.
 
"Sólo es una indicación de qué tan cuidadoso quiere ser el equipo con la separación. Si se lleva un poco más de tiempo pienso que no nos deberíamos preocupar demasiado".
 
El médico no aportó más detalles sobre cuánto tiempo más se tomaría la cirugía de separación cerebral.
 
La primera fase de la operación ya se había tomado más tiempo de lo esperado porque el hueso de las mellizas que estaba unido era grueso y compacto.
 
Cuando se le preguntó si la derivación vascular era la parte más riesgosa de la operación para los cinco neurocirujanos, Nair dijo que todavía les esperaban más retos.
 
"Esa fue una parte difícil de la cirugía, la otra parte difícil es la separación real del cerebro. Estamos tratando de llevar a cabo la separación al final del día", dijo.
 
La alta probabilidad de daños graves para una o ambas hermanas -históricamente cuatro de cada cinco operaciones de este tipo han acabado con uno o ambos gemelos con complicaciones serias, como daño cerebral o en estado vegetativo- ha levantado preocupaciones éticas.
 
Médicos alemanes no quisieron operar en 1996 a las mellizas graduadas en Derecho. Pero las Bijanis estaban decididas a vivir por separado y convencieron a cirujanos de Singapur para que las separaran, a pesar del riesgo de que una o ambas puedan morir.