En las universidades,  en discotecas, bares y otros centros de distracción, el Ministerio de Salud colocará dispensadores de condones para prevenir el contagio del virus del sida y demás enfermedades sexuales, que afecta en su mayoría a jóvenes de entre 15 y 25 años. El decreto no prevé poner máquinas con preservativos en colegios. Se dará educación sexual.

Hablar de sexualidad los pone nerviosos. Algunos alumnos se ríen inquietos mientras se miran entre sí antes de opinar sobre el decreto del Ministerio de Salud Pública que dispone instalar dispensadores de condones, con la misma estructura de aquellos que ofrecen colas o chicles, en las universidades, discotecas y bares.

Esto como medida para reducir el contagio del virus del sida y otras enfermedades sexuales.

Publicidad

“Tengo compañeros que se incomodan cada vez que escuchan hablar de ese tema”, cuenta Danny Castro, de 18 años, del colegio Domingo Comín.

Hablar de sexo y del uso del condón ruboriza a muchos. Pero los mismos jóvenes piden ayuda para aprender con mayor libertad sobre el amor, la sexualidad y el uso de  métodos de anticoncepción, porque dicen que lo que ellos aprendan enseñarán a sus hijos.

Uno de estos ejemplos es el colegio Mejía, de Quito, cuyos alumnos bajo  supervisión de las autoridades participan de un proyecto de sexualidad que cuenta con la asesoría de Cemoplaf (Centro Médico de Orientación y Planificación Familiar). Este plantel incluso decidió, de manera unilateral, colocar dispensadores de condones para reducir embarazos precoces y contagios de enfermedades.

Publicidad

“La educación sexual sería mejor si los jóvenes recibieran orientación de sus padres”, dice Danny, aunque teme que todavía existan algunos de actitud tímida que les transmiten que el sexo es un tabú.

Los estudiantes consultados opinan que colocar dispensadores de preservativos en las universidades, a las que irán después de graduarse, no es negativo pero proponen que debería complementarse con una agresiva campaña que impulse la sexualidad sana y paternidad responsable.

Publicidad

De lo contrario, creen que lo único que se haría es ahorrarles la vergüenza de comprar preservativos, que solo se venden en las farmacias y supermercados, y ponerlos en situaciones incómodas al tener que adquirirlos frente a sus compañeros de la universidad, profesores y autoridades.

Esto no le molestaría, por ejemplo, a Ángel Avilés, de 18 años, estudiante del colegio Julio Ayón, que suele comprar condones desde hace un año, tras haber experimentado seis meses de relaciones sexuales sin protección.

Hoy se considera afortunado de que el riesgo que asumió no tuvo consecuencias, como un embarazo no deseado con su pareja o una enfermedad mortal como el sida.

Juan Carlos León, de 17 años, alumno del Centro Educativo Espíritu Santo, quisiera que cuando sea padre sus hijos tengan libre acceso a los preservativos y a una buena educación sexual.

Publicidad

Dice que buscaría orientarlos personalmente, tal como hizo su progenitor con él.

Irene Muñoz, de 17 años, estudiante de sexto curso del colegio Dr. Teodoro Alvarado Olea, opina que colocar dispensadores de condones en las universidades “aumentaría la curiosidad sexual de los jóvenes”.

La directora regional de la Subsecretaría de Educación, Rosario Jiménez, no está de acuerdo en promover el uso del condón entre jóvenes. “No es simplemente usar el condón y acostarme. ¿Y mi dignidad?”, señala Jiménez.

Plantearán en colegios
Las universidades y centros de diversión nocturna de la ciudad tienen dos meses para instalar los dispensadores que, según informó Washignton Alemán, director del Programa Nacional del Sida, es una herramienta dentro de la gran campaña que se hará.

“Los casos de sida suben de manera alarmante, también los de sífilis, gonorrea y chancro, sin embargo, los cambios de conducta para prevenir demoran”, comenta Alemán. Precisa que la disposición no se aplicará en los centros de estudios secundarios y que el colegio Mejía de Quito lo hace de manera unilateral.

Carola Saltos, rectora del Centro Educativo Bilingüe Interamericano, no está de acuerdo con colocar dispensadores en colegios, porque dice que será un motivo de bromas pesadas entre los alumnos. “Es cierto que los jóvenes incursionan tempranamente en el tema sexual, pero debemos promulgar la abstinencia y el amor de pareja, con sus responsabilidades”, afirma Saltos.

El subdirector de Salud del Guayas, Ludwing Grésely, anunció que planteará al Ministerio de Educación que los dispensadores también se instalen en los colegios. (MP-MO)