Se está asentando en el país una economía esclavista, natural para neófitos o profanos en la conducción del Estado.

El régimen encierra en su seno contradicciones que conducen a la inseguridad de los habitantes. La economía ecuatoriana está caotizada, no existe planificación. Nuestros economistas proponen alternativas que perjudican a la nación.

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Si el Gobierno tuviese asesores de primera línea en economía y finanzas, seguramente le hubiesen aconsejado reducir los impuestos aduaneros a las exportaciones de productos agropecuarios, y de algunos industrializados para generar una inyección de dinero al torrente circulatorio nacional. Así se recuperaría la reserva monetaria internacional de libre disponibilidad.

Esta medida debería acompañarse con la reducción de los intereses bancarios que al momento son de exacción. Si los impuestos fiscales, la eliminación de los subsidios y otras medidas de coyuntura permitieran nivelar el presupuesto y evitar el déficit fiscal, ya se podría considerar una obra pública, pero eso no sucede, solo quieren más dinero para dilapidarlo.

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CPA. Ernesto Colombo
Guayaquil