Expertos en desminado de las Naciones Unidas y organizaciones no gubernamentales han recogido en las últimas semanas cientos de bombas de racimo en Iraq, informó este jueves en Ginebra el Centro Internacional de Desminado Humanitario (CIDH)
Esto viene a confirmar que este tipo de munición fue utilizado durante la guerra en Iraq, aunque las fuerzas de la coalición anglo-estadounidense no han admitido oficialmente haber lanzado estas bombas, que tienen un efecto devastador para la población civil debido a que disemina en una extensa superficie.
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Ian Mansfield, director de operaciones del CIDH, dijo que a pesar del silencio de las fuerzas aliadas, "si las están encontrando es porque se utilizaron".
Reconoció, no obstante, que se desconoce con exactitud qué tipo y cuántas bombas fueron arrojadas en Iraq durante la guerra.
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Sostuvo que esta información, que Estados Unidos y el Reino Unido deberían haber entregado al terminar el conflicto, es fundamental para determinar qué método de "limpieza" y qué equipos deben utilizarse.
Asimismo, agregó, es indispensable, después de cualquier conflicto, disponer de información geográfica que permita ubicar los puntos de impacto de las municiones, en particular cuando se trata de minas antipersonales y bombas de racimo.
A esto se suma la necesidad de señalar con elementos visibles las áreas de peligro con el objetivo de prevenir a la población civil.
Por otra parte, Mansfield calificó de "decepcionante" la poca importancia que se otorga a los programa dirigidos a informar y educar a los civiles acerca de los riesgos de las municiones remanentes.
Al respecto, reclamó que se lleven a cabo campañas de información y educación que adviertan del peligro que representan los restos de municiones, bombas de racimo, minas antipersonales y material bélico abandonado en Iraq.
Se ha demostrado -aseveró- que las "campañas de advertencia", que no son seguidas de una campaña educativa, "no tienen un impacto positivo a largo plazo en el comportamiento de las personas".
"La gente toma consciencia de que hay peligro pero no sabe cómo evitarlo o prevenirlo", lo que es particularmente grave en lugares donde la necesidad económica obliga a la gente a movilizarse constantemente.
Señaló, por ejemplo, que es necesario explicar a los iraquíes que no deben manipular ningún material bélico abandonado, pues se han registrado casos en los que los pobladores intentan recuperar trozos de metal de los armazones o quemarlos, lo que provoca graves explosiones.