Al menos 250 personas murieron y 1.672 resultaron heridas a consecuencia de un sismo que afecto a Argel y su perímetro, según el último recuento provisional emitido por la radio oficial argelina.
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El primer ministro argelino, Ahmed Uyahia, afirmó que, según la información que está recibiendo, el número de muertos y heridos por el temblor, que se sintió también en otras zonas del Mediterráneo como en las islas Baleares españolas y en Italia, podría ser mucho mayor.
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El seísmo registró una intensidad de 5,2 grados en la escala abierta de Richter, según el Instituto Argelino de Astrofísica, pero el observatorio de Ciencias de la Tierra en Estrasburgo (Francia) lo elevó a 6,0 y el Centro de Seguimiento Geológico de EE.UU. en Washington (US Geological Survey) a 6,7.
El epicentro del terremoto se situó en la aldea de Zemmuri, en la provincia de Bumerdés, a 45 kilómetros al noreste de la capital argelina, a una profundidad de diez kilómetros, y sorprendió a la población hacia las 19.44 hora local (18.44 GMT).
Los lugares más gravemente afectados fueron la zona de Ruiba, ciudad industrial al este de Argel donde, según la radio local, murieron al menos 104 personas, y Bumerdés.
En ambas poblaciones se derrumbaron numerosos edificios bajo cuyos escombros quedaron sepultados muchos de sus habitantes.
Numerosas víctimas perdieron la vida al lanzarse desde las ventanas de sus domicilios presas del pánico. El terror se apodero de la población tras las réplicas de menor intensidad que siguieron al primer temblor.
Tras producirse el primer movimiento telúrico, se cortó el suministro eléctrico y dejó de funcionar la red telefónica, mientras que la televisión y la radio interrumpían sus emisiones.
A los aficionados argelinos al fútbol, el temblor les sorprendió mientras veían en directo el partido de la final de la copa de la UEFA entre el Oporto y el Celtic de Glasgow desde Sevilla.
La mayor parte de la población de Argel se echó a la calle presa de pánico, y aunque algunas personas regresaron a sus domicilios, al producirse varias réplicas del seísmo, después de la principal sacudida, volvieron a abandonar los hogares.
Las autoridades locales lanzaron por radio, que volvió a emitir después de 45 minutos de silencio, un llamamiento a médicos y personal sanitario para que se personaran en los hospitales donde se acumulan los heridos, y a los civiles para que se presentaran en centros clínicos para donar sangre.
Las autoridades han dado consignas a la población, a través de la radio y la televisión públicas, para que adopten medidas de precaución ante la posibilidad de nuevos temblores. También se les pidió que cortaran la luz y el suministro de gas, y a los moradores de las viviendas con daños materiales que pernoctaran esta noche en la calle para evitar nuevas desgracias personales.
El ulular constante de numerosas ambulancias se escucharon esta noche en la capital mientras trasladaban heridos a los hospitales, donde se acumulan decenas de personas solicitando información de familiares afectados por el seísmo.
El presidente Abdelaziz Bouteflika presidió una reunión del gabinete de crisis, mientras el jefe del gobierno, Ahmed Uyahia, nombraba un equipo para canalizar la ayuda, y el ministro del Interior, Yazid Zerhuni, se trasladaba al lugar del epicentro del seísmo para coordinar los trabajos de búsqueda de víctimas.
Aunque los teléfonos móviles dejaron de funcionar tras el movimiento telúrico, la electricidad está siendo restablecida progresivamente.
La radio nacional argelina advirtió a la población de que en las próximas horas pueden producirse nuevas replicas del seísmo y pide a la gente que se mantenga en calma.
El que se ha convertido en el movimiento sísmico más intenso de los ocurridos en Argelia en los últimos veintitrés años, según Protección Civil, se sintió en un perímetro de unos 430 kilómetros en torno a la capital argelina y en otras zonas del Mediterráneo desde las Islas Baleares (España) a Italia.
En las Baleares el temblor causó fuertes resacas en el mar y daños materiales en los puertos de Mahón, en Menorca, en Porto Petro y Calador en Mallorca y en otros de Ibiza, según informaron a EFE fuentes del Centro de Emergencia en Palma de Mallorca.
Nada más producirse el seísmo los cuerpos y fuerzas de seguridad, así como Protección Civil, recibieron numerosas llamadas de ciudadanos de los distintos municipios de la isla de Menorca, concretamente de la zona de levante (Mahón, Es Castell y Sant Lluís).
En el puerto de Mahón llegaron a volcar algunas embarcaciones y fue precisa la intervención de bomberos y agentes de la Policía Municipal, que se encuentran en situación de alerta, ante la previsión de que nuevas olas con alturas comprendidas entre los 50 y 150 centímetros alcancen de nuevo las costas de Menorca.
También se sintió el impacto del seísmo en el noroeste de Italia y en la isla de Cerdeña, en el Mediterráneo, según fuentes del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología.
Numerosos habitantes de la ciudad de Génova y de otras poblaciones más occidentales de la región de Liguria, en el límite de la frontera con Francia, afirmaron que percibieron un movimiento sísmico de unos diez segundos de duración hacia las 20:55 hora local (18:55 GMT).
También en la isla de Cerdeña los bomberos recibieron diversas llamadas de ciudadanos alarmados por una sacudida telúrica que calificaron de baja intensidad.