Las condenas impuestas a disidentes y el reciente fusilamiento de tres secuestradores en Cuba indican que el régimen de la isla está en “fase terminal”, según la oposición.

Los acontecimientos de las últimas semanas confirman que, “en términos de historia, el régimen está en fase terminal, aunque aún puede prolongarse”, opinó Elizardo Sánchez, que lidera la ilegal Comisión de Derechos Humanos.

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El viernes pasado se ejecutó a  tres de las once personas que secuestraron un barco el 2 de abril, que concluyó con la liberación de unos 50 rehenes ilesos.

Días antes, los tribunales cubanos condenaron a 1.454 años, en conjunto, a 75 disidentes acusados de atentar contra la independencia del Estado y “conspirar” con el gobierno de EE.UU.

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Vladimiro Roca, del grupo Todos Unidos, señaló que las ejecuciones del viernes fueron un acto “bárbaro, salvaje y desesperado del gobierno”.

El director del Consejo por la Libertad de Cuba, Luis Zúñiga, dijo que no se necesita una intervención militar en la isla, al reaccionar a las declaraciones del secretario de Defensa de EE.UU., Donald Rumsfeld, quien el domingo afirmó que su país no iniciará una guerra en la isla para propiciar un cambio de régimen.
Asimismo,  Cuba denunció ayer ante la Comisión de Derechos Humanos reunida en Ginebra un “plan de provocaciones” concebido por Estados Unidos con vistas a una posible agresión a la isla.

El representante cubano, Jorge Ferrer, afirmó que la tolerancia frente al secuestro de aviones cubanos y la reducción en los últimos meses del número de visados otorgados a los ciudadanos de la isla para emigrar a EE.UU. “no son una mera coincidencia, sino parte de un plan de desestabilización” del régimen cubano.