Las fuerzas estadounidenses dieron este martes una fuerte muestra de superioridad militar en el centro de Bagdad, al atacar a su antojo blancos del gobierno iraquí, después de un intento de matar al presidente Saddam Hussein y a sus dos hijos con cuatro potentes bombas.
Aviones, tanques y armas de artillería golpearon el centro nervioso del gobierno de Hussein, en un estruendoso ataque que comenzó al amanecer y que enfrentó escasa resistencia de iraquíes armados con fusiles y lanzagranadas.
Publicidad
"Están lloviendo bombas", dijo la corresponsal de Reuters Samia Nakhoul. "Están atacando la misma área una y otra vez. El lugar está estremeciéndose y hay humo por todas partes", dijo desde el Hotel Palestina, donde se encuentra instalada la mayoría de los corresponsales extranjeros.
Posteriormente, un tanque estadounidense disparó contra el hotel. Mató al camarógrafo Taras Protsyuk e hirió a Nakhoul y a otros dos colegas de Reuters, así como a un camarógrafo español. Sus heridas no eran consideradas graves.
Publicidad
Un general estadounidense dijo que el tanque lanzó una descarga para silenciar el fuego de armas livianas y lanzagranadas proveniente del hotel. Los periodistas que estaban en el hotel dijeron que no escucharon disparos en los alrededores.
En un hecho separado, el reportero y productor jordano Tarek Ayoub, de Al-Jazeera, murió durante un bombardeo aéreo de Estados Unidos en Bagdad, dijo la cadena árabe de televisión. Otro miembro del equipo de Al-Jazeera en Bagdad, Zohair al-Iraqi, sufrió heridas leves.
Sin resistencia organizada
Las fuerzas militares estadounidenses dijeron que estaban "ampliando su presencia" en Bagdad y que en el camino no habían encontrado una resistencia organizada.
Dos tanques M-1A1 Abrams llegaron hasta el puente Jumhuriya sobre el río Tigris, en una clara demostración de poder ante las fuerzas que aún son leales a Hussein en la bombardeada ciudad de cinco millones de habitantes.
No obstante, el siempre desafiante ministro de Información de Iraq dijo que las fuerzas de su país "enfrentarán y destruirán" a los invasores.
"Van a rendirse o se quemarán en sus tanques. Bagdad se prepara para acabar con los invasores", dijo a los periodistas el ministro, Mohammed Saeed al-Sahaf, frente al hotel Palestina.
Las ambulancias recorrían las calles de Bagdad trasladando heridos a los hospitales, ya abrumados de pacientes desde que las fuerzas estadounidenses llegaron a la capital el lunes para ocupar un palacio presidencial.
A medida que la guerra de 20 días para derrocar a Hussein se acercaba a su clímax, el presidente estadounidense, George W. Bush, se encontraba reunido con su aliado el primer ministro británico, Tony Blair, para discutir el futuro de Iraq.
"Actuaremos tan rápido como sea posible para colocar las responsabilidades gubernamentales bajo el control de una autoridad interina compuesta por iraquíes tanto de dentro como de fuera del país", dijo Bush tras la cumbre en Irlanda del Norte.
"La autoridad interina servirá hasta que el pueblo iraquí pueda elegir un gobierno permanente", agregó.
Según Blair, ambos acordaron que las Naciones Unidas tendrán un "papel esencial" en la reconstrucción de Iraq. El líder británico dijo que el "nuevo Iraq" será gobernado por el pueblo iraquí y no por Gran Bretaña, Estados Unidos o la ONU.
En Bagdad, el tema de la reconstrucción parecía remoto.
Columnas de humo se elevaban desde las áreas centrales de la ciudad mientras aviones, tanques y artillería atacaban edificios donde funcionan los ministerios del gobierno iraquí. Helicópteros y aviones atacaron un complejo de la Guardia Republicana en el sureste de Bagdad.
Hacia el este de la capital, marines estadounidenses ocuparon el aeródromo Rashid, a unos cinco kilómetros del centro de Bagdad, que había sido abandonado por las fuerzas iraquíes.
Un avión de Estados Unidos A-10 "Warthog" fue derribado el martes cerca del aeropuerto de Bagdad, pero el piloto fue rescatado ileso, dijo el Comando Central norteamericano en un comunicado.
El corresponsal de Reuters, Khaled Yacoub Oweis, visitó un hospital en el que vio a civiles heridos sentados con la mirada absorta. Un hombre se preguntó adonde habían ido los militares iraquíes.
Los estadounidenses "controlan el aire. Creo que nuestra gente decidió no pelear", dijo.