El inicio del período escolar 2003-2004 movilizó a representantes de 200 niños matriculados en este local para que ante la falta de infraestructura, con lo recaudado por la autogestión compren cisco de piedra para compactar en el piso y evitar polvaredas. Además, cañas para armar improvisadamente seis aulas, una adosada al lado de la otra, donde puedan escuchar clases.