“Para volver a la categoría A se tendrá que construir y poner en funcionamiento los nuevos aeropuertos de Guayaquil y Quito”, aseguró el secretario de la producción del Gobierno, Patricio Johnson. Y es lo que venimos insistiendo, expuesto en una carta al director de EL UNIVERSO, hace dos meses, cuando se habló del gasto de 90 millones de dólares como costo de la ampliación de la infraestructura del actual remodelado aeropuerto de Guayaquil.

Cuando lo cuerdo y procedente era emprender la construcción del nuevo aeropuerto en Daular, estimado en 320 millones de dólares.

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Dinero que puede ser perfectamente financiado, sin que salga un centavo de las arcas oficiales. Ni se siga castigando con nuevos impuestos, tasas o tributos por el uso de la actual terminal que debe servir como doméstica. 

Conjuntamente con la adjudicación del contrato a la firma o firmas constructoras del aeropuerto de Daular, se emprenda en la construcción de la autopista a Salinas, que al igual que el nuevo aeropuerto es perfectamente financiable, sin que se castigue al pueblo con cargas tributarias y en vez de tirar la plata, en ampliar la carretera Guayaquil-Salinas, que deberá quedar para servicio gratis, no pago, en tanto que la autopista puede recibir 5 dólares por su uso. En fin, es cuestión de obrar con honestidad y con la tan cacareada transparencia...
Guillermo Valencia León
Guayaquil