Los ciegos no tienen por qué seguir ajenos al mundo de la moda, razón por la que una asociación benéfica suiza organizó en Zúrich un primer desfile para videntes e invidentes.

El desfile tuvo la particularidad de que las personas ciegas podían palpar los vestidos al paso de los modelos de ambos sexos por la pasarela.

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Los ciegos apreciaron las diferencias entre los distintos materiales empleados para la ropa.