La tensión entre Rusia y Estados Unidos aumentó luego de que el canciller Igor Ivanov acusara ayer a Washington de encabezar una guerra “ilegal e injusta” contra Iraq, por lo que sugirió al Senado aplazar la ratificación del Tratado de Reducciones Estratégicas Ofensivas firmado en mayo del 2002, que ya ratificó Estados Unidos y que recorta a un tercio los arsenales nucleares de ambos países.
Pese a que la semana pasada la cancillería rusa había llamado severamente la atención a la Duma (Cámara de Diputados) por retirar de su agenda la ratificación del Tratado, y el martes pasado el Senado, a instancias del Gobierno, pidió a la cámara baja que apruebe el documento, Ivanov dijo ayer que “este no es el momento más oportuno” para hacerlo. “Si ahora centramos los esfuerzos en detener la guerra, después podremos volver a este asunto”, indicó.
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El embajador de EE.UU. ante el Kremlin, Alexandr Vershbow, manifestó a su vez que “el (llamado) Tratado de Moscú responde a los intereses de ambos países, y esperamos que su ratificación no se haga esperar demasiado tiempo”.
Ivanov dijo además que si EE.UU. descubre armas de exterminio en Iraq su procedencia deberá ser verificada por los inspectores de las Naciones Unidas, en clara alusión a que Washington puede falsificar las pruebas.
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La escalada de tensiones se inició tras las acusaciones de EE.UU. de que Rusia ha vendido a Iraq armas y equipos de interferencia electrónica que dificultan el avance de las tropas anglo-estadounidenses.