El tribunal de lo Penal de La Haya condenó ayer, lunes, a cadena perpetua a la enfermera Lucy de Berk, de 41 años, por la muerte de tres niños de entre 0 y 6 años y una anciana, así como por el intento de asesinato de otros dos menores y una longeva.
Los jueces consideran que en los siete casos, la enfermera era “la responsable del cuidado y administración de medicinas a los pacientes”, así como que fue “la última persona presente antes de que se produjese la muerte de los enfermos”.