El tribunal de lo Penal de La Haya condenó este lunes a cadena perpetua a la enfermera de 41 años, Lucy de Berk, por la muerte de cuatro pacientes, tres niños de entre 0 y 6 años y una anciana, y por el intento de asesinato de otros tres -dos niños y una anciana-.
Los jueces consideran que en los siete casos, la enfermera de La Haya era "la persona responsable del cuidado y de la administración de medicinas a los pacientes", así como que fue "la última persona que había estado presente" antes de que se produjese la muerte de los enfermos.
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Los pacientes fueron tratados en el Hospital Infantil Juliana, en el caso de los niños, y en el Hospital de la Cruz Roja, en el de las ancianas.
Además los magistrados afirman que la enfermera fue la causante de las muertes con base en pruebas estadísticas presentadas durante el juicio por los fiscales, según las cuales, la probabilidad de que Lucy de Berk "se viese por casualidad implicada en tantos incidentes (muerte inesperada e inexplicable y casos de reanimación) sería de una posibilidad entre 342 millones".
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Los jueces han aceptado estas estadísticas como prueba a pesar de que no mostraban una relación causal entre las muertes y la presencia de la enfermera acusada.
El tribunal de lo Penal de La Haya sostiene que la enfermera administró "conscientemente y con premeditación" a sus pacientes medicinas (como morfina, en el caso de la anciana), que fueron las causantes de su muerte "inesperada".
Los jueces argumentan además que en el caso de los niños todos habían presentado cuadros clínicos en los que coincidían los síntomas, como la presencia de problemas respiratorios y que su color se había vuelto azulado.
Durante la lectura de la sentencia se explicaron los casos de los pacientes de forma individual, llegando a decir en referencia al de uno de los niños, de seis años con una enfermedad crónica y "severamente discapacitado", que la enfermera había "rematado el intento de asesinato" que no había conseguido practicar un mes antes.
En la ocasión anterior, el niño ya había necesitado de reanimación coincidiendo con una guardia de la enfermera.
El Ministerio Fiscal de La Haya acusaba a la enfermera de la muerte de 13 pacientes y del intento de asesinato de cinco más, pero en el resto de los casos los jueces no encontraron suficientes pruebas para concluir que la enfermera había causado sus muertes.
El abogado de Lucy de Berk, Tom Visser, anunció al término de la sentencia que apelará a la sentencia, con base en que la estadística no puede ser usada como prueba en estos casos y que los informes especializados establecieron que una intoxicación había sido la causa de las muertes.
Durante la lectura de la sentencia, la enfermera negaba con su cabeza las palabras de los jueces e intercambiaba reiteradamente palabras con su abogado.
"Hay muchos aspectos que los jueces todavía no han podido responder y la constatación de que los pacientes no murieron de causa natural se ha convertido en asesinato", declaró Visser, para quien pueden pasar unos ocho meses hasta que la apelación sea analizada.