“Soy palestino-iraquí. Mi sobrino Jamal Sabbah, de 33 años, vive en Bagdad, pero sabe exactamente qué hacer para protegerse de los bombardeos de Estados Unidos, pues la Guerra del Golfo en 1991, que dejó a esa ciudad semidestruida y sin agua ni luz por 32 días, fue para él un gran entrenamiento de supervivencia.