Aún se desconoce el paradero y situación del líder iraquí, Saddam Hussein.
Un diluvio de fuego cayó ayer por la noche sobre Bagdad, el cual provocó un verdadero infierno en la capital iraquí, donde fuertes y numerosas explosiones cubrieron el cielo, entre ellas varias procedentes de un palacio del presidente Saddam Hussein, del que se desconocía su paradero.
Publicidad
Columnas de humo se elevaban en el cielo desde sitios pulverizados por los primeros bombardeos, a los que le siguieron nuevos ataques media hora después y de una tercera ola más tarde.
Turquía cedió ayer a la demanda de Washington de abrir su espacio aéreo, mientras las tropas turcas ingresaron en el norte de Iraq a pesar de las advertencias de Estados Unidos.