A las 06h45, y un tanto nerviosa por la reacción que tendrían sus compañeros de colegio, Karen entró por la calle Mariscal Foch y cruzó lentamente el patio de ingreso hasta llegar a la puerta del corredor principal.

Allí la esperaba la inspectora general del colegio, Lucila Toapanta, quien extendió su mano para saludarla, desearle buena suerte y pedirle que no olvide el compromiso de mejorar su conducta y respetar los reglamentos.

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Tras un breve diálogo con la inspectora, Karen –acompañada siempre por sus padres– subió hasta el 3º piso del colegio y entró a su curso, el 5º J Sociales.

Sus amigas, que la respaldaron cuando solicitó el reingreso de las dos alumnas embarazadas, y el novio de una de ellas, la abrazaron.

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Karen sonreía. Sus padres se quedaron en la puerta del curso para observar la reacción de las compañeras de su hija, quien ocupó su lugar habitual, en la segunda fila.

La profesora de Sociología, Carmen Pombosa, ingresó al curso para ofrecer algunas instrucciones antes de ir a una junta de 6º cursos. Emocionada saludó a Karen y le dio un fuerte abrazo, mientras decía que “allí comprendí que el apoyo que di a mis estudiantes y por el que he tenido que enfrentarme con autoridades y compañeros, sirvió para algo”.