Útil en situaciones de emergencia, cuando estamos fuera de casa y nos ubican sin problema; la facilidad que da para hacer y recibir llamadas, y para trasladarlo a cualquier lugar, sin duda fueron fines del fabricante del teléfono celular. Pero para sorpresa de aquel, dicho objeto ha dado usos no contemplados dentro de sus propósitos, que los usuarios han asumido como algo natural. Veamos algunos:
Permite también desconectarse del mundo que lo rodea, así vemos caminando a usuarios que dependiendo de su teléfono se los ve desde inspirados hasta coléricos, sin importarles si están a punto de ser arrollados por su desconexión con el medio.
Publicidad
Cuando entra una llamada y contestan, lo hacen con tal vigor que el diálogo que debe ser privado se hace público por el alto tono de voz con el que hablan. Esto no se produce cuando contestan en la oficina.
Por su tamaño cada vez más pequeño, pues cabe en bolsillos, carteras, se hace inseparable de la mano del usuario, sin embargo, es susceptible de olvidos y perdidas, generando más ventas al distribuidor.
Publicidad
Se interrumpen todo tipo de reuniones, negocios, actos religiosos porque siempre está sonando sin respetar lugar y lo peor es que la persona que recibe la llamada la atiende, sin importarle el evento en el que se encuentra o las personas con las que comparte.
Lo que existe es un abuso o un mal uso del teléfono. El uso racional de los objetos manifiesta el control que cada una de las personas puede tener de sí mismo.
Lupercio Castillo P.
Guayaquil