Podría decirse que Alemania 2006 marcha más rápido que el calendario. Y no estaríamos exagerando. El fútbol internacional tiene nuevamente la enorme tranquilidad de saber que ha confiado la Copa Mundial –la joya más preciada del deporte universal– a un organizador eficiente, ejecutivo y con buen gusto. A más de tres años de la realización del magno torneo, las huestes lideradas por el gran Franz Beckenbauer –presidente del Comité Organizador– ya han avanzado extraordinariamente. Tanto que el Mundial podría comenzar dos años antes y sería perfecto igual.