Cuando la nueva temporada comience en Australia, el 9 de marzo próximo, todos los pilotos deberán llevar el nuevo tipo de sistema de collarín y casco que protegen más la cabeza y el cuello.

Sin embargo, el canadiense Jacques Villaneuve, campeón mundial en 1997, está descontento, no se siente cómodo con el artefacto.

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El sistema, llamado HANS (sigla en inglés que significa sistema de Protección de la Cabeza y el Cuello), está diseñado para evitar la ruptura de las vértebras cervicales en caso de un impacto frontal.

Está compuesto por un collarín de fibra de carbono en forma de U, el cual se sujeta al cuerpo con unas cintas por debajo de los brazos y se agarra al casco con un tipo de tiras flexibles.

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El sistema, obligatorio en todas las fórmulas en Estados Unidos, fue probado por primera vez en la Fórmula Uno por el piloto brasileño Felipe Massa durante el Gran Premio de Italia 2002, en el circuito de Monza, y debe ser confeccionado para cada corredor en particular.

Los críticos alegan que mientras en los circuitos ovales de Estados Unidos ha funcionado, en las pistas irregulares europeas es otra cosa y ponen como ejemplo el angosto escenario del Gran Premio de Mónaco.

“No sé cómo podré conducir con este sistema”, indicó Villaneuve en la última edición de la revista de su escudería Bar.

El piloto alemán Nick Heidfeld, de Sauber, dijo la pasada semana que no podría conducir con este sistema y que tenía miedo de estrellarse con su bólido.

“Realmente lo considero más peligroso, pues no podría concentrarme”, añadió.

Sin embargo, no todo es crítica. El sistema de protección para los pilotos también tiene sus defensores.

“He visto grandes accidentes en los cuales el sistema ha ayudado a mantener derecha la cabeza del piloto y prácticamente no ha tenido mayores problemas y otros en los que el accidentado no tenía el HANS y no ha podido salir caminando de la escena”, opinó Gary Anderson, ingeniero de la escudería Jordan.