En un intento de ganarse el respaldo de los miembros renuentes del Consejo de Seguridad antes de una reunión clave este jueves, el presidente estadounidense, George W. Bush, dijo que derrocar el gobierno iraquí sería un paso hacia la paz del Oriente Medio.
 
El Consejo de Seguridad tenía previsto sostener su primera reunión sobre una resolución presentada por Estados Unidos, Gran Bretaña y España, que prepara el terreno para una guerra contra Iraq, al decir que el presidente Saddam Hussein "no ha cumplido con las demandas de desarme".
 
El jefe de los inspectores de armas de las Naciones Unidas, Hans Blix, dijo tajantemente el miércoles que hay pruebas de "mayor actividad" por parte de Bagdad pero que todavía no está claro que Hussein haya tomado la "decisión fundamental" de desarmarse.
 
La posibilidad de una guerra sacudió los mercados mundiales, cuando los precios del petróleo alcanzaron un máximo de 12 años y el dólar cayó a su nivel más bajo en seis meses frente al yen.
 
A pesar de un intenso cabildeo, Estados Unidos aún no ha conseguido el respaldo de nueve miembros del Consejo, ni garantías de que ninguno de los cinco miembros permanentes del organismo vetaría la resolución.
 
Los críticos dicen que una guerra en Iraq desestabilizaría una región asediada por años de violencia palestino-israelí, y que una ocupación prolongada del país alimentaría el terrorismo.
 
Pero en un discurso ante el Instituto Empresarial Estadounidense, en Washington, Bush buscó el miércoles disipar esos temores, al decir que el éxito de una guerra en Iraq podría dar inicio a una nueva etapa para la paz en el Oriente Medio, que conduzca a un estado palestino democrático.
 
"Estados Unidos aprovechará toda oportunidad en la búsqueda de la paz. Y el fin del régimen actual en Iraq crearía tal oportunidad", dijo Bush. "Permaneceremos en Iraq el tiempo que sea necesario, y ni un día más".   
 
LA PAZ CADA VEZ MAS REMOTA
 
Un asesor estadounidense de alto rango, que pidió no ser identificado, dijo que Bush estaba exponiendo ahora su visión pos-Hussein porque "está siendo más remota" la posibilidad de solucionar la crisis iraquí pacíficamente.
 
Sin embargo, China y Rusia, que tienen poder de veto en el Consejo de Seguridad, continúan escépticas, y reiteraron el jueves su posición de que la guerra contra Iraq "puede y debe ser evitada".
 
"Ambas partes reiteraron su determinación de hacer su mejor esfuerzo para impulsar una solución al tema iraquí", dijo la agencia de noticias Xinhua, atribuyendo las declaraciones a un comunicado conjunto emitido por los ministros de Relaciones Exteriores de ambos países, que se reunieron en Pekín.
 
Estados Unidos y Gran Bretaña están desplegando decenas de miles de soldados en el Golfo Pérsico, en preparación para una guerra orientada a forzar a Iraq a deponer sus presuntas armas de exterminio y derrocar a Hussein.
 
Washington esperaba conseguir la aprobación del parlamento turco al despliegue de 62.000 soldados estadounidenses para un ataque a Iraq desde el norte, pero el jueves, poco antes de que comenzara el debate, el partido gobernante de Turquía dijo que quería demorarlo hasta el sábado.
 
Los ministros árabes de Relaciones Exteriores, en Egipto para una cumbre árabe, dijeron que esperan forjar una posición unida para tratar de evitar una guerra que algunos de sus miembros consideran prácticamente inevitable.
 
"Sean cuales fueran las amenazas (de guerra), deberíamos trabajar hasta el último minuto y hacer esfuerzos para evitarla", dijo a los periodistas el ministro egipcio de Relaciones Exteriores, Ahmed Maher.
 
Los analistas dicen que el resultado más probable de la cumbre sería un nuevo llamamiento para que Bagdad cumpla plenamente con las demandas de la ONU, y para que Washington dé más tiempo a la diplomacia.
 
Se espera que el borrador de resolución respaldado por Estados Unidos sea presentado ante el Consejo de Seguridad en aproximadamente dos semanas.
 
Blix tiene previsto rendir un informe ante el Consejo el viernes, antes de comparecer en una sesión el 6 o 7 de marzo.