El DT tuvo problemas con cuatro dirigentes del club de Chillogallo.
El domingo, Carlos Sevilla aprovechó que Aucas no entrenaba. Se fue al club Castillo de Amaguaña, a pasar un momento con su familia. Ese día ya supo lo que haría al llegar ayer al estadio de Chillogallo: renunciar.
El antecesor de Hernán Darío Gómez, al frente de la Tricolor, viene trabajando en Aucas desde enero. Pero ha tenido varios tropiezos con dirigentes de las divisiones inferiores del club amarillo.
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Luis Gallardo, presidente de las inferiores, dijo que Aucas era un “cementerio”, luego de un amistoso ante Espoli, en Cayambe. Sevilla salió al paso. Tanto que, hace ocho días, decidió poner la renuncia, aunque no prosperó.
Lo que Sevilla descubrió lo dejó perplejo. El estratega del Técnico Universitario que antes estuvo en Aucas, Salvador Ragusa, había sido tentado para que lo sustituyera. Incluso, se enteró de que el argentino Carlos Trullet vendrá mañana a Quito a relevarlo en la función en el club indio.
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Cuando arribó ayer a Chillogallo vestía jeans y una leva. No tenía ropa deportiva. Reunió a los jugadores en el camerino y les comunicó su decisión de “dar un paso al lado”. Así definía su situación.
Salió a la cancha y acusó directamente al vocal del directorio de Aucas, Eduardo Camacho, de haber sido quien contactó a Trullet.
Carlos Sevilla cerraba el ojo derecho para evitar el sol. Con el izquierdo miraba que los micrófonos de la prensa se aglutinaban en frente de él. Iba a decir lo más importante: una condición casi imposible para determinar su permanencia en el equipo oriental.
Dijo que se quedaría en el equipo oriental solo si se iban de la dirigencia el presidente de las divisiones inferiores, Luis Flores, el vicepresidente Mauricio Flores y, el entrenador de esa categoría, Jaime Herrería, quien dirigió al Aucas en el 2002 cuando fue separado del equipo Adán Machado. Así de decidido estuvo. Los jugadores hacían fútbol, a manera recreativa.
Sevilla estaba resignado. En la votación dentro del directorio, estaba seguro de que tenía el respaldo de tres dirigentes. Pero no era suficiente. Cuatro estaban en su contra.
El entrenador imbaburense habló por más de una hora con los dirigentes del Aucas. Se metió a la oficina del administrador, Nelson Oviedo. Nunca claudicó en su quimérica posición. Los directivos de las inferiores jamás dejarían el equipo para que el entrenador se quedara en el conjunto oriental.
¿Por qué se había llegado a ese lamentable estado de las relaciones? Simplemente, porque Sevilla no había firmado un contrato con el Aucas. Solo tenía un convenio, que no lo ligaba definitivamente con el equipo amarillo.
Sevilla seguía con las manos en los bolsillos. Llegó Alberto Montenegro, dirigente, y le obligó a sacar la manos al aire con un saludo. No es la primera vez que le sucede. Hace dos años fue con Deportivo Quito. La temporada anterior le pasó con Macará. Salió de esos equipos con las manos en los bolsillos y sin firmar un contrato.
PASES
RENUNCIA
Carlos Sevilla renunció al Aucas por inconformidades con la dirigencia. Lo reemplazará el argentino Carlos El Patrullero Trullet, quien fuera defensa de Emelec en los años 70.
REUNIÓN
La sesión del directorio indio fue ayer hasta entrada la noche. Allí solo los miembros de la comisión de fútbol de Aucas trataron de hacerle revisar su decisión. Si Sevilla es separado, hay la posibilidad de que los jugadores extranjeros también salgan de la plantilla.
FORÁNEOS
El defensa central Carlos Asprilla dijo que no hay problema si tiene que irse. Pero aseguró que tiene firmado un contrato por una temporada con Aucas. El presidente del cuadro oriental no se encuentra en el país. Está en México, pasando un período de vacaciones.
‘NO HUBO CONTACTO’
Edwin Camacho dijo en declaraciones a radio La Red que él no ha hecho ningún contacto con el entrenador argentino, Carlos Trullet, pero el profesional es esperado en Quito.