La bomba que mató a 35 personas e hirió a otras 168 en el club El Nogal (Bogotá) el pasado 7 de febrero marcó el inicio de una nueva etapa en el conflicto armado colombiano. Calificado por el gobierno como un acto terrorista y atribuido a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), fue el primer ataque urbano masivo contra civiles.