Acostumbrado a afrontar siempre los más sórdidos rumores sobre su vida personal, Hugh Grant disfruta de una fama de playboy, que pareció haber dejado atrás, cuando apareció de la mano de Sandra Bullock, en la última entrega de los Oscar. No caben dudas de que forman una excelente pareja y lo aprovechan perfectamente en la película Two Weeks Notice. Grant, quien se ha consolidado como un actor de comedias románticas, no tiene miedo de explorar sus propias profundidades emotivas. Obtuvo excelentes críticas por su trabajo About a boy (Un buen chico), la adaptación de la popular novela de Nick Hornby en la que interpreta a un irresponsable soltero de 38 años que debe aprender lecciones sobre madurez de un niño de 12. Esta fue considerada entre las películas más entretenidas del 2002. Pero por el momento, la pregunta de rigor en todas sus entrevistas es... ¿y qué hay con Sandra Bullock?

Pregunta: ¿Desde el momento en que aparecieron de la mano en la última entrega de los Oscar con Sandra Bullock, imaginó que la gente iba a decir que estaban de novios?
Respuesta: Siempre lo imagino. Cada vez que filmo una película, la gente piensa que tengo relaciones sexuales con las protagonistas. Me pasó con todas las películas que hice, con la excepción de Un buen chico, gracias a Dios.

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P: ¿Y qué hay de cierto sobre el noviazgo entonces?
R:  Publica lo que quieras. No tenemos control en lo que puede mentir la gente sobre nosotros, así que te doy permiso para que digas que tenemos un affaire o que nos odiamos. Lo que más te guste. Porque obviamente, no hay diferencia en lo que yo pueda decirte al respecto.

P:  Mientras filmaban la película, Sandra Bullock nos comentó de su costumbre por contar los mas íntimos detalles de las relaciones que usted había tenido con alguna mujer la noche anterior. ¿Ella es igual de sincera?
R:  Al contrario. Yo le contaba absolutamente todo, pero ella no me contaba absolutamente nada. Empiezo a creer que no le gustan mis sucios cuentos, porque ella nunca me cuenta nada.

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P:  ¿Pero que tipo de relación tienen entonces? ¿Le pidió consejo a Sandra Bullock, como lo hace su personaje en la película?
R:  Sí, sí. Muchas veces le pedí ayuda y también ella trató de arreglarme con varias mujeres. No te miento.

P:  ¿Surgió algún romance?
R:  Hubo una que me gustó bastante, sí.

P:  En la película, cuando recién se conocen, el personaje de Sandra le dice: “Conozco muy bien tu reputación... No quiero nada de sexo”. Más allá de la ficción, ¿pasó algo parecido detrás de cámaras?
R:  Por alguna razón, ella asumió que yo era ese tipo de hombre. Pero no lo soy. Soy demasiado selecto para elegir mis mujeres.

P:  ¿No es entonces tan mujeriego como lo vemos en cine?
R:  Yo no creo que sea tan mujeriego como creen. No. Me interesa más lo que la gente tiene adentro.

P:  ¿Pero considera que esa reputación es mala o buena?
R:  Es que ni siquiera sabía que tenía esa clase de reputación en particular. Como te decía antes, no puedo controlar esa clase de cosas. Ni me gusta, ni lo odio.

P:  ¿Y de todas las otras veces que se habló de romance con las protagonistas tampoco hubo nada cierto?
R:  Tuve relaciones sexuales muy pero muy sucias con dos de esas personas, pero no pienso decirte quién...

Cuesta saber si habla en serio o está bromeando, porque hasta que no termina su respuesta, no despliega la sonrisa que remarca el chiste. Recién después del humor, llega la respuesta real. “La verdad, nunca tuve nada con ninguna de las protagonistas que trabajé, con la excepción de una película española Remando al Viento,  en 1986, en la que conocí a mi novia Elizabeth Hurley. Y no repetí la experiencia con ninguna más... creo... Al menos, no lo hice con ninguna protagonista”.

P:  ¿Aquella película española la filmó en inglés o español?
R:  En inglés. Yo hacía de Lord Byron. El director Gonzalo Suárez justo me acaba de mandar su nueva película en video, sobre un contador.

P:  ¿Pero usted sabe español?
R:  Para cuando terminé de filmar aquella película, pensé que lo hablaba bastante bien. Podía tener una decente conversación con un taxista, pero ya me olvidé completamente. Apenas si sé decir “lo siento”.

P:  ¿Y es cierto que en aquel tiempo también ganó un concurso de belleza como Mr. Palma de Mallorca?
R:  Completamente cierto. En 1985, en un night club, habíamos ido con un amigo. Estábamos muy borrachos y tenían esta competencia de Mr. Palma de Mallorca. Necesitaba hacer un strip-tease, imitar a Elvis Presley y besar una chica. Gané y finalmente logré el respeto que me merecía (sonriendo).

P:  ¿El strip-tease fue completo?
R:  No del todo. Nos obligaron a mantener el frente blanco tapado. Por suerte no era la competencia de traje de baño mojado (riéndose), porque eso sí que fue vergonzoso.

Se ríe con más fuerza, porque conoce personalmente lo que significa pasar vergüenza: lo arrestaron al encontrarlo en pleno acto sexual con una prostituta llamada Divine Brown (cuando ni Clinton había sido descubierto con Mónica Lewinsky, todavía). Por supuesto que es un tema que no pretende discutir en público, aunque se sabe que tuvo que pagar $ 1.180 de fianza y estuvo dos años con libertad condicional. El hecho quedó en el pasado, su novia de entonces, Elizabeth Hurley, le perdonó el desliz, pero Hugh seguirá causando gracia cada vez que mencione la palabra vergüenza.

P:  ¿Le molesta cuando se publican demasiados detalles sobre su vida personal?
R:  Yo creo que mi función es lograr que una película sea entretenida. Y no me parece que tenga la obligación de ser una persona pública que contribuye a las telenovelas que se escriben los periódicos sobre mi. Muchas veces tengo que morderme la lengua al respecto, por eso hay que tomarlo con humor. Todo lo que necesito es hacer una buena película. Ese es mi trabajo.

P:  ¿Y disfruta viéndose en pantalla grande? ¿Vuelve a verse, de nuevo, cuando pasan una vieja película por televisión?
R:  Honestamente, nunca veo mis películas. Y si aparecen en televisión, cambio de canal. No me da ningún placer.

P:  ¿Entonces no se divierte tanto como nosotros?
R:  Depende del significado de la diversión. Yo me divertí filmando Two Weeks Notice, por ejemplo. Cuando filmé en España, también lo disfruté mucho. Pero en aquel entonces, no tenía ninguna presión sobre mis hombros. No había necesidad de recaudar millones o que me culparan a mí si la película no hace una fortuna.

P:  ¿Quiere volver al antiguo estilo de cine?
R:  Sería genial y Hollywood solía ser así. Pero hoy es demasiado estresante y creo que Sandy (Sandra Bullock) piensa igual.

P:  En algún momento llegó a decir que le gustaría dejar el cine para dedicarse a escribir solamente. ¿Mantiene esa idea?
R:  Tuve un par de años muy buenos. Y es siempre más fácil cuando las cosas van bien. Pero te repito, todavía tengo bastantes críticas con respecto a los fanáticos. Especialmente ahora que van bien las cosas, porque si voy a renunciar a algo, es mejor hacerlo cuando estoy arriba.

P:  ¿Es de pedir consejos como en la película? ¿Recuerda algún consejo extraño que le hayan dado más allá de lo laboral?
R:  Una vez me recomendaron que le remarcara a las chicas que tienen lindos zapatos. Y funciona muy bien. Te lo recomiendo.

P:  No hace mucho lo vieron manejando un auto muy nuevo y moderno. ¿Era suyo?
R:  Sí. Es el Aston Martin, el nuevo de la película de James Bond. Todos mis amigos se burlan, porque es tan rápido y pagué una fortuna para tenerlo.

P:  ¿Es el auto que cuesta $ 250.000?
R:  Algo así, sí. El precio es ridículo. Y hace poco se me quedó parado en medio Londres. Se paró por completo. No podía ni empujarlo. Se quedó trabado en la cuarta velocidad. Tuve que hacer que lo levantaran para ponerlo a un costado del camino.

P:  ¿Se animaría a hacer una película al estilo de James Bond?
R:  El tema con James Bond, para mí, es que sería más interesante si le agregáramos más contenido como en 1950 o 1960, donde era muy sexual, tomaba cocteles y fumaba, trataba mal a las mujeres. Todos vestían el traje perfecto, pero también existía la Guerra Fría. Ahora lo veo muy extraño, con demasiada acción. Yo sé que a la gente le gusta, pero a mí me aburre. Entonces, si le sacaran un poco y le agregaran más vida al personaje, es algo que me interesaría hacer... Pero claro, eso no va a pasar.

P:  ¿Pero habiendo filmado tantas comedias románticas, se siente encasillado en el rubro?
R:  No me parece que esté encasillado. Puedo interpretar a quien yo quiera. Desde un vaquero hasta un asesino. Elijo estos personajes, porque en la vida gravitan cosas en las que crees que le puedes dar algo especial. Bien puedo hacer drama y seguro puedo disparar un arma, pero no es el medio donde me siento cómodo. Hay una gran diferencia entre el personaje de Cuatro bodas y un funeral o  Un buen chico. El que hago en Two Weeks Notice me parece completamente diferente. Así que me sorprende cuando la gente me pregunta si me siento encasillado, porque no creo que sea siempre el mismo en mis películas.