Desde los inicios de su venida a menos carrera tenística, el Chino fue un infante terrible dentro del ATP tour, al cual difícilmente podía descifrársele sus actuaciones dentro y fuera de los courts. No obstante, luego de haber llegado al pináculo del escalafón del tenis mundial, su díscola forma de ser, sumada a una boca incontrolable lo han sumido en enormes hoyos negros tenísticos.