Marcados por problemas en torno a la posesión de la tierra, algo que los indígenas de la Sierra resolvieron hace un par de décadas, a los indígenas costeños les cuesta consolidar un movimiento colectivo. En trato con la Conaie desde 1980, los pueblos comuneros (identificados como cholos de la Península) aspiran a ser tomados en cuenta con esos rasgos, más que como parte del pueblo manteño-huancavilca-punae, que es como esa organización busca clasificarlos. Ellos se declaran con características étnicas propias.