Los jefes de los inspectores de desarme de la ONU   viajarán a Bagdad el próximo 8 de febrero, al tiempo que el presidente  estadounidense, George W. Bush, y el premier británico, Tony Blair, aceptaron  una segunda resolución sobre Iraq por parte del Consejo de Seguridad de la  ONU.

 

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Ante las persistentes amenazas estadounidenses de emprender una acción   militar contra Iraq, el presidente Saddam Hussein aseguró que su ejército  matará a "un millón de soldados" norteamericanos en caso de que lleguen a las  puertas de Bagdad.    El vicepresidente iraquí, Taha Yassin Ramadan, amenazó en  una entrevista que publicará el lunes el semanario alemán Der Spiegel que se  perpetrarán atentados suicidas fuera de Iraq si Estados Unidos lo ataca.

 

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"Los mártires, autores de los atentados suicidas, constituyen nuestras   nuevas armas y no van solamente a intervenir en Iraq. Los pueblos árabes van a  ayudar al pueblo iraquí en la lucha por su independencia y su libertad. Será un  incendio en toda la región", advirtió Ramadan.

 

Blair, de regreso a Londres, dijo estar convencido de que el Consejo de   Seguridad adoptaría una nueva resolución que permitiría recurrir a la fuerza en  caso de que se demuestre que Saddam Hussein no respeta la autoridad de la ONU.

 

Pero tanto Blair como Bush quieren que los "debates sobre una segunda   resolución no se conviertan en una manera de aplazar todo esto durante meses",  explicó Blair, recordando que Bagdad sólo tiene unas semanas para desarmarse  efectivamente.

 

Según la prensa británica del sábado, los dos dirigentes se pusieron de   acuerdo también en dar un último plazo de entre cuatro y seis semanas al  régimen de Saddam Hussein.

 

"Estados Unidos se resistirá a todo intento de prolongar el proceso durante   meses", había dicho Bush, según el cual la resolución 1441, adoptada por el  Consejo el pasado 8 de noviembre, basta para intervenir militarmente en Iraq.

 

Blair examinará la cuestión la próxima semana con el presidente francés   Jacques Chirac con motivo de la cumbre franco-británica que se celebrará el 4  de febrero en Touquet (norte de Francia).

 

Por su parte, el jefe de los inspectores de desarme de la ONU, Hans Blix, y   el director general de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA),  Mohamed ElBaradei, viajarán a Bagdad el próximo 8 de febrero, anunciaron a la  AFP la portavoz de la AIEA, Melissa Fleming, y el el viceprimer ministro  iraquí, Tarek Aziz.

 

Tanto Fleming como Aziz dijeron que no hay indicaciones de que los jefes de   inspectores se vayan a reunir con el mandatario iraquí.

 

Iraq invitó a los jefes de los inspectores de desarme de la ONU a ir a   Bagdad antes de que presenten su próximo informe el 14 de febrero en el Consejo  de seguridad para examinar cómo se podría mejorar la cooperación entre las dos  partes, y Blix había indicado que estaba dispuesto a reunirse con Hussein.

 

Estados Unidos sigue con las esperanzas de que el informe del 5 de febrero   del secretario de Estado Colin Powell ante el Consejo, en el cual presentará  evidencias respecto al programa de armas prohibidas iraquíes, convenza la  escéptica comunidad internacional sobre la necesidad de desarmar a Iraq,  inclusive por la fuerza.

 

Ningún alto dirigente iraquí participará en esa reunión, dijo Aziz. "Ni yo   ni ningún otro dirigente iraquí irá a Nueva York para asistir a la reunión del  5 de febrero. Estaremos representados por nuestro embajador en la ONU Mohamed  Al-Duri", declaró a periodistas en Bagdad.

 

Una fuente diplomática en la ONU indicó el viernes que había pedido la   participación de un responsable iraquí de "alto nivel" en esa reunión del  Consejo.

 

Desde su vuelta a Iraq el 25 de noviembre, los inspectores han solicitado,   sin éxito, entrevistas privadas a 16 científicos iraquíes, que han rechazado  hablar sin la presencia de representantes de su país.

 

El portavoz de los inspectores en Bagdad, Hiro Ueki, indicó que un   científico iraquí rehusó ser interrogado en privado por los expertos de la  ONU.

 

El ex presidente sudafricano Nelson Mandela dijo que el ex ministro de   Relaciones Exteriores sudafricano Pik Botha viajará próximamente a Iraq para  intentar convencer al presidente iraquí Saddam Hussein de que coopere  totalmente con los inspectores de desarme de la ONU.

 

El ex presidente de Estados Unidos y premio Nobel de la Paz, Jimmy Carter,   dijo que Washington no tiene argumentos para justificar una intervención  militar en Iraq.