Antes del accidente del transbordador Columbia, que llevaba siete astronautas a bordo y que al parecer se desintegró este sábado al entrar en la atmósfera terrestre para aterrizar, sólo once personas han fallecido en vuelo en más de cuarenta años de conquista espacial.
El primer muerto fue el cosmonauta soviético Vladimir Komarov, cuya nave Soyuz-1 se estrelló en tierra el 23 de abril de 1967, tras un vuelo de 26 horas y 40 minutos, cunado los paracaídas que debían frenar su cápsula no se abrieron.
Las siguientes víctimas fueron otros tres cosmonautas soviéticos, Guéorgui Dobrovolsky, Vladimir Volkov y Viktor Patsayev, que a bordo del Soyuz-11 fueron descubiertos muertos el 29 de junio de 1971, tras un vuelo de 570 horas y 21 minutos, víctimas de un fallo en la presión de su módulo de descenso.
Sin embargo, hasta ahora la mayor catástrofe de la conquista espacial fue la del transbordador norteamericano Challenger el 28 de enero de 1986, que estalló 75 segundos tras su despegue. Ante miles de espectadores en Florida, fallecieron dos mujeres, Judith Resnik, una astronauta de la NASA, y Christina McAuliffe, una maestra, primera pasajera civil. Junto con ellas murieron los astronautas Francis Scobbee, Michael Smith, Ronald McNair, Ellision Onizuka y Gregory Jarvis.
A esta lista de once víctimas de la conquista espacial podrían añadirse los nombres de los pioneros estadounidenses Virgil Grissom, Edward White y Roger Chaffee, quienes murieron el 27 de enero de 1967 en un incendio durante un ensayo en tierra de la nave Apollo-1 en Cabo Cañaveral.
Un corto circuito en la cabina de la nave, que posteriormente realizaría vuelos a la Luna, provocó una chispa que causó la combustión del oxígeno a bordo.