El lunes 15 de enero Nicolás Romero Ordeñana, editorialista EL UNIVERSO, publica un artículo titulado ‘Salinas, un chiquero’, lo cual es la pura  verdad; estuve allí unos días y ni para qué hablar de Punta Carnero, peor de Mar Bravo y requetepeor de las llamadas ciudadelas La Italiana, se ven chanchos por doquiera, maleza, perros, burros, solares sin cercar, calles denominadas pomposamente avenidas convertidas en talleres mecánicos, de soldadores, con pozas negras, etcétera. Me pregunto ¿qué será con un buen aguacero?... para muestra basta un botón; no perdamos más tiempo hablando de otros sectores: Frank Vargas, Hospital Costa de Oro, Milina y más. El alumbrado eléctrico es mortecino, hay calles que no se ven, yo dijera un desastre. La carretera está casi lo mismo. A mí me da mucha pena de todo esto y hago un público llamado a la solidaridad de sus autoridades y sobre todo, públicamente, al presidente Lucio Gutiérrez Borbúa con la esperanza y paciencia bíblicas de que ya todo y todos cambiarán.
Ing. José F. Espinoza Vaca
Guayaquil