Con estas celebraciones la comunidad podrá evocar la vida y obra de valiosos personajes que destacaron en la educación, música, poesía y religión.
Además del centenario del nacimiento del escritor guayaquileño José de la Cuadra, el 3 de septiembre de este año, hay similares conmemoraciones en nuestro calendario histórico que no deben pasar inadvertidas en el 2003.
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Centros educativos, instituciones de cultura y entidades afines deben propiciar actos para difundir la obra de los valores que citamos, pues ellos la destinaron al robustecimiento de la identidad nacional.
En marzo recordaremos un siglo del natalicio del maestro, diplomático y periodista guayaquileño Teodoro Alvarado Garaicoa y del paleógrafo cotacacheño Jorge A. Garcés.
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Igual acontecimiento ocurrirá con Augusto Arias Robalino, periodista, educador y escritor quiteño; Eduardo Samaniego Álvarez, diplomático y periodista tungurahuense; y Alfonso Rumazo González, escritor, historiador y diplomático latacungueño.
También se evocará a José Herbozo, maestro quiteño, y al militar carchense Vicente Fierro, que fallecieron en 1903, en marzo y noviembre, respectivamente.
El cardenal Pablo Muñoz Vega y monseñor Antonio Bermeo, talentosos exponentes de la Iglesia Católica, nacieron hace una centuria en Mira, Carchi, y San José de Chimbo, Bolívar. El primero en mayo y el segundo en noviembre.
Alvarado Garaicoa enseñó en el colegio Vicente Rocafuerte, la Universidad de Guayaquil y otros planteles; fue ministro de Relaciones Exteriores y director de diario Expreso en esta urbe.
Otros maestros
Arias Robalino, maestro secundario y universitario, escribió numerosas obras y recibió reconocimientos de gobiernos extranjeros por su acción intelectual; Samaniego Álvarez fue ministro de Relaciones Exteriores y embajador en Chile y Panamá.
Rumazo González, biógrafo de Antonio José de Sucre y Manuela Sáenz, brilló como investigador y escribió muchos libros. Cónsul en Cali y Montevideo, su quehacer periodístico tuvo relevancia. En Venezuela desplegó gran parte de su labor.
Herbozo desarrolló una fecunda labor educativa en Guayaquil, estuvo entre los primeros que enseñó el sistema métrico decimal y escribió un texto de Aritmética.
El carchense Fierro desempeñó funciones públicas y legó recursos económicos para obras educativas en su provincia natal.
Muñoz Vega fue nuestro segundo cardenal, arzobispo de Quito y rector de la Universidad Gregoriana de Roma; Bermeo, académico, armonizó su sacerdocio con la historia, filosofía y literatura. Dejó rica bibliografía.
Otra celebración centenaria será la de Vicente Amador Flor Cedeño, bardo portovejense, nacido en julio de 1903. Le pertenecen el poemario Romanza de ausencia y el libro Motivos del ayer; el maestro Constantino Mendoza Moreira musicalizó algunos de sus versos.
Pasillos
Gran popularidad tienen los pasillos Laura (Rosales mustios), Atardecer, Amor que vuelve tarde, entre otros cuyas letras le pertenecen. Es muy conocido su Canto a Portoviejo.
También se recordará al compositor y cantante guayaquileño Enrique Ibáñez Mora, que formó el dúo Ecuador, quien nació en junio de 1903. El artista guayasense dejó bellas melodías como los conocidos pasillos Adoración, Endechas, La culpa la tuvo un beso, No te puedo olvidar, Recordando tu olvido, Yo me he visto en tus ojos, Sé que me matas, Yo quisiera decirte, etcétera, con letras de literatos compatriotas.
Otros artistas que se evocarán este año son los compositores pichinchanos Miguel Ángel Casares y Luis Humberto Salgado, quienes nacieron en junio y diciembre de 1903, respectivamente.