Son los misterios de Luz: el Bautismo del Señor, su autorrevelación en las bodas de Caná, la proclamación del Reino y su invitación a convertirnos, su Transfiguración, y la locura de quedarse con nosotros en el sacramento de la Eucaristía. Cinco ventanales más para admirar el deslumbrante rostro del Señor, asidos a la mano de su Madre.