Se habla mucho de la competitividad y microempresas como solución para el desarrollo de los ecuatorianos, pero discrepo de esa orientación. El concepto de competitividad nace de competir, sinónimo de  pelear, disputar; con ella se fomenta el individualismo en su máxima expresión.
Los contendores guardan  para sí todo lo  que les signifique aventajar a los demás; quienes tengan tecnología de punta no cederán sus secretos tecnológicos que los mantienen en la cima.
Lo que debe fomentarse es la autogestión dentro de organizaciones cooperativas, que  obrar juntamente con otros para un mismo fin para un   crecimiento humano, familiar con efecto económico y social multiplicador.
Gilda Béjar de Jaramillo
Guayaquil