A pie o recorriéndola por las calles aledañas en vehículos, decenas de personas llevaron cámaras fotográficas o de video para plasmar el cambio en los alrededores de los palacios de la Gobernación y del Municipio.

El monumento de Antonio José de Sucre, ubicado en la mitad de la plaza a la altura de la calle Pichincha, fue el principal protagonista de la jornada. Lo mismo sucedió con las fuentes de la Gracia y de la Gloria (símbolos alegóricos de los siglos XVIII y XIX) que estaban en el antiguo parque Sucre, cuyas piletas ayer no funcionaron.

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Pedro Calvopiña alabó el cambio y dijo que hace 40 años conoció el sitio en mal estado, sucio y con excesivo comercio, pero actualmente no se escucha el bullicio de los vendedores.

Calvopiña, quien estaba acompañado de su hija Susy y su esposa, Martha Gradas, indicó que cuando se abran los quioscos con la venta de artículos varios y se terminen de instalar las fluorescentes, el sitio lucirá más atractivo.