El amorfino (no la expresión literaria-musical) sino la tonada-danza, fue un tradicional baile popular que por generaciones ejecutaron los montubios en recintos y caceríos del norte de Manabí. Su origen está en la antigua danza española. El primero en pautar su música fue el antropólogo español Marco Jiménez de la Espada en el año de 1881, el que registró la siguiente copla:
Amorfino no seas tonto aprende a tener vergüenza al que te quiere querelo y al que no, no le hagas fuerza
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En su momento (principios del siglo XX) el amorfino fue calificado como “baile regional de la costa ecuatoriana al tiempo del Alza que te han visto y El zapateado” por Modesto Chávez Franco. Quien quizás, lo vio bailar en las antiguas fiestas montubias, cuando era común ver bailar a los montubios sueltos y con mucho taconeo en el piso; emparentando el estilo a la cueca chilena.
La tonalidad en el amorfino es de dos por cuatro y sus pasos tienen nombres propios: tonada, punta y talón y puerca raspada, que fueron reconstruidos por Rodrigo de Triana y presentados en 1926 en Guayaquil en la Fiesta Regional del Montubio, hecho histórico que traslada por primera vez, de la cotidianidad montubia, al rodeo.
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El baile amorfino es suelto y alegre, y las parejas lo interpretaban con los pañolones levantados. Para 1927 el musicólogo chonero, Manuel de Jesús Álvarez, acompañado de su esposa Martha Hidalgo Andrade, observó bailar el amorfino en la hacienda Río de Oro, y ya, cuando publicó los Estudios folklóricos sobre el montuvio y su música, en 1929, pautó la música que viene acompañada de La iguana y La caminante..
Registró que el baile consta de dos figuras. La primera consiste después de situarse el hombre frente a la mujer. Cada uno en un extremo de la sala dan un ligero paseo hasta el centro de esta, para de allí regresar a sus puestos y repetirlo nuevamente. La segunda consiste en vueltas alrededor de la mujer por parte del hombre (con el paso de “paseo” y dando palmadas) acompañando el baile con un movimiento del cuerpo de derecha a izquierda con fuertes golpes del pie en el piso (paso tonada, muy usado en casi todos los bailes montubios).
En 1965, cuando Chávez González (Rodrigo de Triana) y Guido Garay crean el Cuadro folclórico montubio, este baile fue representado con otra coreografía, que, según Chávez, la vio bailar en las fiestas de campo de Manabí en 1920, destacando que la mujer todavía lo bailaba con pollera (falda) y descalza. Y el hombre con machete en mano simulaba cortar algo pasándolo por los pies de ellas, las que “saltan sobre el machete al momento que este toca el suelo”.
Los motivos del baile tradicional montubio no son específicos, a diferencia del baile andino. En la Costa siempre se bailó en fiestas preparadas en cualquier época del año. Las que sí cambiaban eran las coplas (amorfinos) que improvisaban en el momento de interpretar la tonada como música, que por su estructura se prestaba para ello.