Decepciones amorosas, malas calificaciones, peleas con los padres y experiencias tristes haremos desaparecer con el fuego este 31 de diciembre.
¿Por qué es tan difícil erradicar la venta de camaretas en nuestro país? Seguramente porque no hay nada como las explosiones para despedir todo aquello negativo que dejamos atrás al concluir un año.
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Cada calendario, por muy bueno que sea, siempre pasa una factura de sueños rotos. Y por tradición esa cuenta es pagada con fuego y pólvora por el monigote que incineramos en los últimos minutos de diciembre.
De esta manera siempre terminamos el año frente a una fogata que brilla como el ocaso de un período que termina, pero que luego de las doce resplandece como el amanecer de un nuevo ciclo, que gracias al fuego, nace con las heridas cauterizadas.
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¿Qué vas a quemar con el año viejo?
Estas son algunas de las visiones de jóvenes consultados por Lo Máximo:
- Quisiera dejar atrás todas las decepciones y frustraciones que he tenido, especialmente la ruptura con mi ex pelada, a la cual sigo amando como antes. Si tú, muñeca de cinco letras estás leyendo este mensaje, quisiera que sepas que te sigo amando a pesar de que no soy nadie en tu corazón (Gabriel Correa, 19 años).
- Yo voy a quemar todos los malos pensamientos, los hechos que me hicieron sufrir, todos los castigos de mi papá y a las peladas que no me pararon bola (Marlon San Martín, 13).
- Yo voy a prenderle fuego a los problemas que he tenido con mi familia y a las experiencias estúpidas que tuve con mi ex enamorado. También quisiera que mi mamá se recupere de salud (Omaira Guamán, 17).
- Yo desearía quemar los malos momentos que he pasado durante este año, también desearía quemar la corrupción que tanto mal hace al país. Como año viejo elegiría a Usama Ben Laden (Jesús Vargas, 23).
- Voy a quemar las malas personas que he conocido, los malos exámenes que he sacado y a los malos profesores de mi colegio. También quisiera quemar a todos los de Barcelona, que se dejaron ganar el campeonato (Andrés Cruz, 13).
- Yo le prendería fuego a todas las personas que le hacen daño a otras, desde los malos políticos hasta los ladrones y estafadores (pensándolo bien, creo que son lo mismo). También quisiera quemar todos los malos recuerdos que abundan en mi cabeza y que incinerándolos quizás calmen el dolor (Jorge Guevara, 19).
- Yo voy a quemar todas mis penas sentimentales, que si bien no tienen mucha importancia, igual las quemaré. Pero lo más importante es que recibiré el nuevo año con mucha alegría, porque tengo a mi lado al ser más especial que Dios me haya podido dar: mi hijo Luis Alberto, de un año (Mercedes Medina, 27).
- Yo voy a poner en el año viejo todos mis exámenes malos, para que se hagan cenizas. También quemaré mis peleas con mis padres y las fotos de mi perro que murió para olvidarme de él para siempre. Este año voy a quemar a Bob Esponja, para que absorba todo lo malo, como al Emelec y en especial al lechoso de (Augusto) Poroso (Boris Ortega, 14).
- Cuando se vaya este año y comience otro me sentiré muy bien, miraré al cielo y con todo mi corazón daré gracias a Dios por el año tan bello que me ha dado y lo malo dejaré a un lado, porque solo mirando lo positivo se logra alcanzar la felicidad (Cristina Freire, 17).
PROPÓSITOS PARA EL 2003
El próximo año trae siempre ideas, esperanzas, propósitos de enmienda o
sacrificios. Estas son algunas de las ideas que varios jóvenes expresaron a Lo Máximo como obetivos del 2003:
“Yo voy a tratar de portarme más bacán con mis panas y rogarle a Dios para que Barcelona quede campeón de la Copa Libertadores”.
Carlos Sánchez, 18 años.
“Creo que voy a tratar de alcanzar todos los propósitos que no conseguí en el 2002. Disfrutar aquellos éxitos que me fueron esquivos en este año”.
Ivette Lanata, 20 años.
“Mi pasión en la danza y voy a tratar de regresar a mis clases de baile, las cuales dejé hace dos años. Claro que tendré que trabajar bastante, ya que estoy algo oxidada”.
Lorena Ordóñez, 20 años.
“Necesito conseguir un buen trabajo, y estoy estudiando mucho para eso. Me he propuesto obtener un puesto importante en una empresa”.
Martha Vera, 24 años.
“Quisiera establecerme sentimentalmente. Conseguir una enamorada que me haga sentir bien y a la que pueda querer mucho. ¡Ah!, y que me quiera mucho también”.
Carlos Martínez, 21 años.
“En el nuevo año voy a portarme mejor en la casa, ya que a veces les contesto mal a mis padres. La mayoría de las veces es por mi culpa”.
David Pino, 23 años.