Los herederos varones al trono de Italia volvieron a su patria ayer para una visita relámpago, poniendo fin a más de medio siglo de exilio impuesto a la familia por colaborar con el dictador fascista Benito Mussolini. El príncipe Víctor Manuel, de 65 años, y su hijo, el príncipe Manuel Filiberto, de 30, llegaron a Roma por la mañana y se dirigieron directamente al Vaticano para un encuentro privado de 20 minutos con el papa Juan Pablo II.