El 2 de diciembre del 2001, Enron, el gigante energético, se acogió al capítulo 11 de la Ley de Quiebra pidiendo protección para sus acreedores. Con el anuncio se perdieron 60.000 millones de dólares de los accionistas. Nunca antes la quiebra de una compañía fue tan escandalosa como esta.